"Saben perfectamente que el crucero no lo robó nadie", afirma Manuel Rozados respecto a la desaparición de una pieza de piedra de su casa natal de Rellas, que se produjo el sábado 27 de julio y que fue denunciada a esta Redacción en días pasados por familiares suyos. El crucero había sido elaborado por él mismo en 1998 como homenaje a su madre, fallecida dos años antes, y colocado provisionalmente en el domicilio familiar.

"Lo dejé allí mientras no tuviese casa propia y como exposición. De hecho, ya tuve encargos de gente que lo vio", apunta el escultor. Además, "también tuve allí mi taller hasta hace dos años", argumenta Manuel Rozados, que atribuye la "denuncia" a problemas de herencia. El artista, que se llevó la pieza para lucirla en la finca de su casa de Vilar, está convencido de que actuó correctamente y, en previsión de problemas con dos de sus cuatro hermanos, incluso alertó previamente a la Guardia Civil de Silleda de lo que iba a hacer. Por eso, se muestra muy tranquilo ante una posible demanda judicial. "Si hay denuncia, el juzgado resolverá", dice Rozados, que tiene como "testigos" de la autoría y propiedad del crucero a "vecinos" y otros familiares, como sus tíos paternos. El pedestal de la pieza luce sus iniciales (M.R.) justo encima del año de fabricación (1998).