El municipio lalinense consiguió el año pasado procesar 102.879 y 99.360 kilos de papel y cartón respectivamente, con lo que está al frente de los concellos de las comarcas en el acopio de estos desechos para su posterior reciclaje. Estos son los datos que maneja la empresa Ecoembes, que, en términos absolutos y referidos a la zona son 300.000; un 21% más que hace un lustro.

La conciencia ecológica camina con pasos más cortos de lo deseable entre la población, aunque el respeto al medio ambiente está cada vez más presente en la mente de los lalinenses. Para favorecer el reciclaje, el gobierno de la capital dezana reclamó a finales del año pasado la colaboración de los establecimientos comerciales en el acopio de papel y, sobre todo cartón. Entonces se propuso que las cajas sobrantes de las ventas diarias se depositasen a partir de las 20.30 horas al lado de los contenedores de basura y no dentro, para facilitar el trabajo a la empresa. Además, planteó que las cajas fuesen aplastadas para ocupar menor espacio y, al mismo tiempo, permitir su carga con mayor rapidez. Pero cinco meses después de ese llamamiento no son demasiados los comerciantes que atienden el requerimiento. El resultado: montones de cajas tiradas al lado de los contenedores que en casos acaban en medio de la calle o, en los días de lluvia -tan frecuente en lo que llevamos de año- el cartón quede inservible para su recogida y tratamiento.

Si el sector podría tener más empeño para evitar este pandemónium, el gobierno local también debería reclamar a la empresa que recoge los desechos que cumpla los horarios establecidos. Porque si el comercio, en ocasiones, hace caso omiso a la petición municipal, el camión que recoge los cartones pasa antes de las 20.30 horas, imposibilitando así que se cumpla el objetivo medioambiental planteado por el Concello.