La cuenta atrás por el Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM) ya ha empezado en A Estrada. El tictac de las agujas del reloj remite inexorablemente al final del plazo de tres meses de que dispone la Xunta para analizar la documentación remitida por el ayuntamiento y emitir su dictamen respecto del Plan Xeral. Solo faltan quince días para que expire el plazo de tres meses de análisis documental que se inició el pasado 13 de marzo.

Cabe recordar que apenas seis días después de esa fecha, el conselleiro de Medio Ambiente, Territorio e Infraestruturas, Agustín Hernández, y la secretaria xeral de Ordenación do Territorio e Urbanismo, Encarnación Rivas, le avanzaban al alcalde José López Campos que la Secretaría Xeral de Urbanismo intentaría "no agotar los tres meses de plazo" de los que dispone legalmente "para analizar la documentación y proceder a la aprobación definitiva del PXOM".

Pero el tiempo pasa y la respuesta no llega, a pesar de que el regidor local manifestó a principios de mayo que esperaba recibir este mes "novedades" acerca del documento urbanístico. "Entramos en un mes decisivo", manifestaba entonces el munícipe, admitiendo no obstante que la Xunta aun tenía de plazo hasta el 12 de junio para pronunciarse acerca del documento urbanístico que A Estrada le remitió buscando su aprobación definitiva.

Solo caben tres respuestas: la aprobación definitiva (incluso incluyendo consideraciones o condicionantes que obligasen a enviar a la Xunta un nuevo refundido especificando cuestiones puntuales), la no aprobación que condenó en 2006 al PXOM enviado entonces a la Xunta por deficiencias que no se podían subsanar o la denegación.

El Plan Xeral es el gran reto que se le ha venido resistiendo a los sucesivos gobiernos municipales, de diferente color político. Ha puesto y ha quitado sucesivos ejecutivos locales y su carencia condenó al municipio durante numerosos años a una paralización urbanística que ató de pies y manos a la economía productiva local en plena fase económica expansiva. Ya inmersos en una cruenta crisis, es vital conseguir la aprobación del documento urbanístico para tratar de reactivar la economía todo lo que se pueda ahora (rescatando los proyectos que financieramente sean viables) y, sobre todo, para dotar a A Estrada de una herramienta que le permita situarse en la parrilla de salida de la carrera por la recuperación económica cuando los nubarrones de la crisis parezcan alejarse en el horizonte.

Su aprobación definitiva pondría fin a las Normas Subsidiarias de Planeamiento vigentes desde 1978, hace 35 años con el paréntesis de las Normas Transitorias derogadas por sentencia judicial.

En marzo desde la Xunta también se confiaba en que el plazo de tres meses para informar el documento urbanístico local pudiese acortarse gracias a que la administración autonómica "compaginó la fase de comprobación de la integridad documental del PXOM con el análisis del documento" en los primeros meses del año. Hace apenas unos días, el alcalde manifestaba que el PXOM es su prioridad. A lograrlo dirige "su lucha y gestión" en la consellería, con el ferviente deseo de ver concretarse el que, según destacó el regidor local en su día, fue "el deseo de 22.000 voluntadese" durante 25 años.