La antigua nave de almacén de maquinaria agrícola situada en las inmediaciones del centro de salud de Vila de Cruces se ha reducido ahora a escombros. Su propietario, una entidad bancaria, a iniciado su demolición, cumpliendo con la orden de derribo que pesaba sobre el inmueble desde hace años.

La estructura incumplía la normativa urbanística, puesto que invadía zona verde, donde las normas del planeamiento prohiben la construcción. Una denuncia entre particulares destapó la problemática y el Concello se vio obligado a exigir la reposición de la legalidad. Entretanto, la nave pasó a manos de una entidad bancaria, la actual propietaria. Según explica el edil de Urbanismo e Infraestruturas, Manuel Souto, únicamente una parte del inmueble se encontraba en zona ilegal, por lo que podría haberse ejecutado una demolición parcial. Fue una posibilidad de barajaron sus dueños, pero, al parecer, en proporción, resultaría más costoso que tirar toda la estructura, de modo que optaron finalmente por esta última solución. Cabe señalar que el almacén contaba con "la pertinente licencia" para su construcción, pero a la hora de ejecutar el proyecto, se incumplieron las distancias exigidas, según matiza Souto.

Las máquinas trabajaron durante todo el día da ayer, y por la tarde, la nave ya había desaparecido por completo, y en la zona únicamente quedaban los restos de las paredes de ladrillo y sus cimientos. Con esta intervención se ponen fin a años de litigio.

Multa como presión

El Concello había dado un ultimátum recientemente a la entidad bancaria propietaria de la nave para que repusiese la legalidad, después de años de espera. El gobierno local incluso aplicó una sanción de 1.000 euros hace tan solo unos días como medida de presión. De no haber optado por tirar la nave o de buscar una alternativa para cumplir con la normativa, el Concello continuaría exigiéndole el abono de multas, con cantidades mayores cada mes.

No hizo falta llegar a ese extremo y, finalmente, la demolición comenzó a ejecutarse.