Indignación e impotencia. Son los dos sentimientos que en la mañana de ayer confluían en el ganadero estradense José Antonio López Pampín, propietario de una explotación de ganado equino situada en la zona de Monte Cabalar, en los límites entre los municipios de A Estrada y Cuntis. En la sede del sindicato Unións Agrarias relató cómo en la mañana del lunes se encontró con que una de sus yeguas había parido. Pocas horas después no quedaba ni rastro del nuevo potro, una circunstancia que este estradense vincula a la presencia del lobo en la zona.

López Pampín explicó que tiene 26 cabezas de ganado equino en 27 hectáreas de terreno cercadas con malla ganadera. De estos ejemplares de caballo hispano-bretón una veintena son yeguas, a las que en su mayoría toca parir durante esta primavera. Reconoció que esta situación le preocupa, teniendo en cuenta la desaparición del último potro y lo que le ocurrió a esta explotación recientemente.

Y es que este ganadero afirmó que en una campaña anterior el lobo mató seis potros de su explotación y una yegua. A este último animal lo habría mordido en las ubres, desgarrándolas y provocándole la muerte por desangramiento. Sin embargo, afirma que no cobró ningún tipo de indemnización por la pérdida de todos estos animales, pese a que -aseguró- los guardias que se presentaron en su propiedad le habían reconocido que las fauces del lobo parecían estar detrás de estas muertes.

Pampín señala también que cada vez que denuncia dos guardas recogen muestras en la explotación que regenta pero que un año después le llega la resolución técnica en la que se establece que no es raza pura de lobo. En esta línea, el responsable estradense de Unións Agrarias, Miguel Soto, reconoció que en muchas ocasiones los ganaderos se encuentran tras sus reclamaciones con una contestación por parte de la administración que muestra lo que el sindicato entiende como un excesivo celo profesional. "¿Qué más da si es la raza pura de lobo? El ganadero se queda sin el animal igual", manifestó.

En este mismo contexto, José López Pampín se preguntó si la falta de presupuesto para hacer frente al pago de los daños podría estar llevando a asegurar que es otro tipo de animal el que se está cebando con la cabaña de ganaderos como él.

Manifestó que al tratarse de un animal recién nacido e indefenso para el cánido resultaría fácil llevárselo sin dejar rastro. Estimó que el lobo podría haberse colado por debajo del alambre y atacar al potro recién nacido. Acto seguido, indicó que solamente se encontró a la yegua nerviosa, todavía ensangrentada por el parto y con el ubre "reventanda". Reconoció que este sería el primer caso de este año de un ataque que atribuye al lobo al que, asegura, vieron vecinos por esta zona recientemente. Además, no ocultó su temor de que, cuando comiencen a nacer los demás potros el animal "se los lleve a todos por delante".

Totalmente desanimado, este estradense manifestó ayer que en esta ocasión no piensa poner los hechos en conocimiento de la Xunta, estimando que no vale de nada. Añade que las indemnizaciones que se establecen para sus caballos son ridículas, cifrándolas en unos 200 euros, cuando manifiesta que alguno de estos ejemplares le costó 1.500.

Este ganadero cría caballos hispano-bretones para la producción de carne ecológica. Explica que son una especie selecta y específica para carne y añade que no contó para el establecimiento de esta explotación con ayuda alguna, señalando que este tipo de producción se subvenciona en la Cornisa Cantábrica pero no en Galicia, donde, quiso señalar, se subvenciona el caballo gallego. Defendió que los caballos que cría se adaptan al pastoreo libre y tienen una muy buena transformación para carne, por lo que son rentables para las explotaciones ganaderas.

En cuanto a la presencia del lobo por la zona, explicó que los vecinos comentan que en el límite de Monte Cabalar hacia Tabeirós se vio hace unos meses a una lobo recién parida y a otra con cuatro crías en un entorno conocido como Canteira de Cababal, ya perteneciente a Arca.