Las carreteras dezanas se cobraron ayer la primera víctima mortal del año. C.L.R.C., de 42 años de edad y vecino de la parroquia cruceña de Camanzo, que conducía un ciclomotor, perdió la vida prácticamente en el acto tras chocar contra un turismo en las curvas de acceso a la localidad de A Bandeira desde Lamela. Por su parte, el conductor del coche, J.E.A.P., un silledense de 44 años, resultó ileso.

La Central de Coordinación del 061 Urxencias Sanitarias de Galicia recibió una alerta por accidente de tráfico entre un coche y una moto a las 16:53 horas entre los puntos kilométricos 310,3 y 310,4 de la Nacional 525, a las afueras de la localidad de A Bandeira, en la parroquia silledense de Manduas. Inmediatamente desplazaron al lugar del siniestro dos ambulancias y un helicóptero, que llegó a aterrizar cerca de Lamela pero cuya intervención no fue necesaria, puesto que ya nada se podía hacer por el motorista. También fue alertado personal sanitario del PAC (Punto de Atención Continuada) de Silleda. Los servicios de urgencias sanitarias certificaron la muerte del hombre en el lugar del siniestro apenas una hora después de producirse. Hacia las seis y media de la tarde tuvo lugar el levantamiento del cadáver y su traslado a Santiago para practicarle la autopsia.

El accidente se produjo por colisión frontolateral entre el turismo y el ciclomotor, supuestamente tras invadir este el carril contrario. El vehículo de dos ruedas -una scooter Aprilia Habana de color azul- circulaba en sentido A Bandeira, mientras que el coche -Seat Toledo de color rojo con matrícula 7365 HNL- bajaba de esta localidad en dirección a Lamela. El impacto entre ambos vehículos tuvo lugar en una zona de curvas, justo en donde comienza el tercer carril del desvío que conduce hacia la zona escolar y deportiva de A Bandeira.

Al lugar de los hechos se desplazaron dos patrullas de la Guardia Civil de Tráfico de Lalín, así como un equipo de Atestados para instruir las pertinentes diligencias. Una patrulla de la Policía Local de Silleda se encargó de controlar el tráfico, que tuvo que ser desviado durante unas horas para atender a las personas implicadas, retirar los automóviles y limpiar la calzada.

Desvío de tráfico

Los agentes municipales desviaron el tráfico procedente de Santiago por el carril contrario, mientras que el que venía de A Bandeira utilizó un tramo de la antigua N-525 en la zona conocida como O Murallón. Efectivos de conservación de carreteras de la UTE Norte se encargaron de limpiar los restos de los vehículos que quedaron esparcidos por la calzada, así como los líquidos derramados, para evitar que pudieran producirse nuevos accidentes en la zona. Una vez que terminaron estos trabajos, poco después de las siete de la tarde, la circulación fue restablecida con normalidad en este tramo de la carretera N-525.