-¿Qué expectativas tiene puestas en esta nueva experiencia que ahora emprende por Latinoamérica?

-Aprender y más aprender. Cada sitio es un mundo donde quieres dejar una impronta por pequeña que sea y llevarte en la mochila una y mil experiencias. Sólo espero que esta gira genere más contactos para futuras giras.

-Imagino que también se llevará en la maleta, o al menos en cartera, algunos proyectos futuros, propios y con Inversa Teatro...

-Sí. Marta Pérez y yo estamos creando una pieza de Teatro Íntimo, Té con Kant, que esperamos tener lista para junio o julio. Es una obra de carácter filosófico, que pretende acercar el mundo de Kant, el de la Ilustración, al mundo actual. Retomamos el espacio del salón como tertulia, como espacio artístico y didáctico. En pocos meses tendréis noticias.

-¿En algún momento llegó de algún modo el arrepentimiento por haber decidido cambiar un día el estetoscopio por el teatro?

-No, en absoluto. Creo que el cambio fue necesario para encontrar una comunión entre ambas disciplinas. La medicina me dio un conocimiento fisiológico, anatómico y patológico sobre el ser humano. El teatro me acercó a su lado más emocional y social. Ahora veo en la dramaterapia un camino en el que poder ayudar a sanar a través del teatro. Pero para llegar a ese punto tal vez tenga que hacer un giro de 180 grados y especializarme en psiquiatría. Los caminos de la vida no son como yo pensaba, no son como imaginaba, no son lo que yo creía.... dice un vallenato colombiano. ¡Pero de momento tengo una gira que hacer y un proyecto por terminar!