Si el apeadero está descartado a corto plazo, más posibilidad tiene el Concello de Lalín de conseguir la cesión de las escombreras del TAV en el término municipal, terrenos sobrantes de la construcción de la línea férrea. La propuesta fue trasladada el año pasado por el alcalde, José Crespo, a representantes de Fomento, aunque por ahora no se ha concretado la autorización. No obstante, la docena de terrenos repartidos por siete parroquias y que suman más de 1,1 millones de m2, son espacios a los que el ministerio no está sacando ningún tipo de provecho. Es más, el ayuntamiento podría exigir su mantenimiento para la prevención de incendios, lo que cargaría a las arcas públicas.

El ejecutivo dio por cerradas estas negociaciones en agosto pasado, pero por ahora, al menos públicamente, no hay un acuerdo firme. El Concello pretende recuperar estos espacios, alguno de hasta 23 hectáreas, para la construcción de equipamientos sociales o deportivos. Los primeros proyectos anunciados consisten en la puesta en marcha de un circuito de auto-cross y un campo de tiro, del que carece la capital dezana, pese a contar con muchos aficionados.