El gobierno de Vila de Cruces ultima la ordenanza reguladora del nuevo punto limpio municipal, cuyas obras remataron el pasado mes de enero. Las instalaciones no se abrirán hasta que se apruebe una norma local que rija su funcionamiento y, entretanto, los vertederos incontrolados siguen proliferando.

Una pista secundaria de la zona -la vieja carretera- a la salida del casco urbano cruceño sigue siendo punto de acopio para deshacerse de botellas de cristal, plásticos, restos de obra, electrodomésticos o colchones, agolpados en los márgenes del vial. Pero no es el único vertedero incontrolado.

El ejecutivo había mostrado su deseo de poner en marcha el punto limpio este mes, pero todavía trabaja en el diseño de su ordenanza. Estudia tarifas y fórmulas de otros municipios similares para determinar qué tipo de gestión sería la más viable, si directa o externalizada.