El biólogo lalinense Martiño Nercellas prestó declaración ayer en el juicio que se celebra en A Coruña por la catástrofe del barco petrolero Prestige. Criticó toda la gestión de la catástrofe, tanto en el momento de producirse como después, y habló de "una de las peores mareas negras de la historia, al mismo nivel que la del Exxon Valdez" en las costas de Alaska (EE UU).

Nercellas compareció, a propuesta de la plataforma Nunca Máis, como técnico entonces de la asociación ecologista Adega. Lo hizo junto a los también biólogos José Luis Castro, de la Federación Ecoloxista Galega, y Alfredo López, de la Coordinadora para el Estudio de Mamíferos Marinos. En su día elaboraron dos informes sobre la afectación del vertido en espacios naturales protegidos de Galicia y efectos sobre los lugares de interés comunitario de la costa gallega, respectivamente. Declararon durante dos horas y media desde las doce del mediodía de ayer.

Los peritos reiteraron el daño que causó la contaminación derivada del accidente del Prestige en el ecosistema marítimo gallego, así como en la fauna, con las siguientes cifras de cadáveres recogidos: 23.181 aves, 9 cetáceos, 90 tortugas, 3 lobos marinos y 5 nutrias. Pero el número de animales afectados es muchísimo mayor, pues calculan que prestaron asistencia a cerca de 300.000 aves y unos 900 mamíferos marinos y tortugas.

Estos daños guardan relación directa con el "rumbo errático" que siguió el buque en los días posteriores al 14 de noviembre de 2002. Provocó tres mareas sucesivas, y las dos últimas "ocuparon por completo uno de los corredores migratorios más importantes del Atlántico Norte", explicó Nercellas. Los tres biólogos ratificaron que el barco debería haberse refugiado en la ría de Corcubión. "Las dos grandes mareas se produjeron a consecuencia de los daños estructurales que sufrió el buque después de dos días expuesto y de las maniobras que le obligaron a realizar", declaró el experto dezano.

Sus manifestaciones y las de sus colegas fueron tan contundentes que la abogada de José Luis López Sors, exdirector general de la Marina Mercante, declinó hacerles más preguntas. Al finalizar, recibieron las felicitaciones del resto de letrados, salvo el del Estado, e incluso del propio capitán del petrolero, Apostolos Mangouras, quien les dijo en inglés: "Congratulations".

Pero el caso del Prestige "aún no se puede cerrar", sostiene el biólogo de Lalín, para quien lo más preocupante hoy en día son los "efectos crónicos a largo plazo". Indicadores son la merma en la cría de algunas aves o la acumulación de metales pesados en los tejidos grasos de ciertas especies. Pero lo peor, a juicio de Nercellas, es lo poco que se ha aprovechado la catástrofe para investigar. En esta línea, criticó el "obstruccionismo" del Estado a los intentos de investigación de las consecuencias, a diferencia de lo sucedido en otros casos, como el del mismo Exxon Valdez o el más reciente de la plataforma del Golfo de México.