La estación de autobuses de A Estrada sufre importantes humedades en su planta baja desde que tiene dársena superior. La remodelación de su acera frontal motivo el inicio de constantes filtraciones de agua a su planta inferior. Así lo confirmaron fuentes de la firma concesionaria, Donado Campos, que en estos días acomete trabajos de adecentamiento del recinto después de que la Xunta le ordenasen hace 10 días subsanar los desperfectos que presenta el inmueble. Los técnicos de la administración autonómica le dieron un plazo de 15 díaspara subsanar las deficiencias.

La firma, que opera en el sector del transporte público de viajeros bajo el nombre comercial de La Estradense, tiene la concesión de la estación y por eso le corresponde asumir el mantenimiento de las instalaciones. Pero estas se ven muy perjudicadas por las continuas filtraciones de agua procedentes de la acera superior. Desde Donado Campos se entiende que "está mal hecha" porque carece de una "protección" que evitaría las continuas filtraciones de agua que humedecen la pintura de la planta baja y hacen que salte.

No es este el único problema que sufre la estación de autobuses. Sus dársenas inferiores se han convertido en un foco de problemas. Más allá de las pintadas que desde hace años se vienen produciendo en sus paredes, lo peor se deriva de la invasión de esta zona por toxicómanos, vagabundos, grafiteros, parejas jóvenes que buscan ocultarse de los ojos del mundo y jóvenes que realizan botellón en este espacio. Lo ensucian y, además, frecuentemente causan daños en las instalaciones de la estación de buses.

Aunque la firma concesionaria ha alertado frecuentemente a la Policía Local, esta le deriva a la Guardia Civil. Los agentes de la Benemérita se presentan con celeridad en la zona pero lo más que pueden hacer es identificarlos. Desde la firma Donado Campos se explica que entonces "se van pero vuelven a la media hora o a la hora" y la situación "sigue igual". Asimismo, fruto del vandalismo fue el derribo del muro que separaba la estación de buses del Museo Reimóndez Portela.

Para colmo, hace un par de meses, unos asaltantes rompieron un cristal de la planta baja con un extintor que luego vaciaron en las instalaciones, ensuciándolas. Hace unos 10 días, por ese hueco -que había sido cerrado con una rejilla metálica- volvieron a entrar asaltantes que reventaron dicha rejilla y la oficina de Donado Campos, haciéndose con un botín de 1.000 euros en metálico.