El Concello de Agolada llevará a pleno el reconocimiento extrajudicial de crédito de facturas pendientes del año pasado, cuyo importe roza los 12.000 euros y que se remitieron al concello después de que éste solicitase 1,2 millones al gobierno de Madrid para saldar su deuda con proveedores. Por este motivo, Agolada tiene que amoldarse hasta el año 2022 a un plan de ajuste que merma sus inversiones y demás gastos para poder devolver el crédito al Estado. El alcalde, Ramiro Varela, explica que estos 12.000 euros corresponden a servicios que prestaron pequeños proveedores y que el gobierno recurre a ese reconocimiento extrajudicial porque en los presupuestos de este año, que ascienden 1,4 millones de euros, no se consignó una cuantía determinada para saldar estas facturas pendientes. En estas facturas no figuran prestaciones concretas como suministros de luz o la recogida de la basura.

Agolada y Dozón fueron los únicos concellos de la comarca que el año pasado se acogieron al plan de ajuste que les planteó el gobierno de Mariano Rajoy a las administraciones locales para que pudiesen rescindir sus pagos a proveedores y, así, evitar la quiebra de las pequeñas empresas. En el caso del concello castrense, su pasivo comercial rebasaba los 243.000 euros, la sexta parte del de Agolada. Ninguno de ellos tuvo que acudir al segundo plan de ajuste que ya puso en marcha Madrid el año pasado.

Al margen de su deuda comercial, Agolada tiene una deuda financiera que asciende a 1,68 millones, es decir, 280.000 euros más del presupuesto que manejará para este año. Tanto una coma otra recibieron constantes críticas por parte de la oposición, que calculaba que entre la deuda viva y el pendiente con los proveedores, alcanzase solo 1,2 millones de euros, es decir, casi la tercera parte de los 2,8 que realmente adeudaba el año pasado.

Guardería

Por otra parte, el Concello decidió demorar las obras interiores del Punto de Atención á Infancia (PAI) que se construyó junto al colegio infantil. El edifico está ya rematado pero tiene pendiente la colocación de tarima. Debido a las lluvias de las últimas semanas, la empresa decidió retrasar su colocación por la humedad que acumular el edificio. Debido, también, al plan de ajuste que tiene que seguir, Agolada no dispone de fondos para comprar el mobiliario de esta guardería, así que solicitó ayuda a la Diputación. Ramiro Varela espera que este centro comience a funcionar a partir del próximo curso. Se trata, sin duda, de un servicio muy necesario en el municipio porque los padres con niños de 0 a tres años tienen que desplazarse hasta concellos como el de Antas para dejarlos en una guardería,