Alicia del Vecchio Alcobre, bonaerense de 53 años de edad, no precisó rebuscar en registros civiles y partidas de nacimiento, ni pasar años siguiendo el rastro de sus ancestros para dar con sus raíces trasdezanas. Le bastó con escribir en el perfil Bandeira, un pobo encantador, de la red social Facebook, el siguiente aviso: "Querría saber si hay familiares de José Alcobre Senra, mi abuelo, quien emigró de Bandeira hacia Argentina a principios de siglo (...) Me gustaría mucho saber de ellos, ya que visitaré ese lugar próximamente para conocer dónde nació y vivió mi queridísimo abuelo".

El portal de la Asociación Cultural Vista Alegre también se hizo eco de la llamada y, en menos de 24 horas, llegó el resultado: El nieto de Antonio Calveiro Alcobre -sobrino de José Alcobre- confirmó el parentesco. Alicia tiene parientes en Chapa, en el número seis del lugar de A Igrexa. La familia mantiene contacto ahora vía e-mail. "Fue una sorpresa grande", comenta Antonio desde su domicilio en Chapa, en la casa -ahora reformada- que vio nacer a su tío José Alcobre, con quien se carteó constantemente hasta su muerte, hace más de treinta años. Era el hermano de su madre Pilar.

José Alcobre fue un emigrante de tantos, que vivió de su profesión de carpintero. Nació el 5 de agosto de 1896 y partió muy joven a Argentina en busca de una vida más próspera, dejando en su tierra a sus tres hermanos y a sus padres, Antonio y Dolores. También se llevó a su novia Carmen Framiñán Sisto, nacida en Chapa el 15 de noviembre de 1895, con la que se casó en la iglesia de San Antonio de Padua de Buenos Aires en el año 1922. El matrimonio tuvo dos hijos, Luis y Elena -la madre de Alicia-, que actualmente cuenta 82 años.

Su sobrino gallego recuerda que José regresó tiempo después -en la segunda mitad de la década de los cuarenta del siglo pasado-, donde permaneció durante un par de años. "Vino solo, porque traída mucho papeleo para arreglar; tenía poderes de varias personas de Buenos Aires para vender fincas". Se alojó en su residencia natal, en el citado número 6 del lugar de A Igrexa, en donde, precisamente, vive Antonio Calveiro con su mujer Esther Moreira, su hija Pilar, su yerno Santiago Conde, y sus nietos, Miguel y Ana.

"Los abuelos tenían nostalgia; todo les recordaba a su tierra y, por supuesto, en casa se escuchaba música gallega, se comía comida gallega, y se mezclaban las palabras en gallego que aún resuenan en mis oídos", recuerda desde Argentina Alicia del Vecchio. "Hablaba de cerezos, de butafumeiros, de cuando fue monaguillo, de las fiestas, de su casa de piedra...", añade. "Crecí en esa atmósfera, ¡Cómo no amar yo también esa tierra! Cuando escucho la gaita, irremediablemente, me pongo a llorar", explica desde la capital argentina.

En el mes de abril, Alicia espera seguir los pasos de su abuelo, pero a la inversa. Pretende visitar Chapa para conocer a sus parientes silledenses. En casa, Antonio, su primo segundo, aguarda que un viaje a Málaga programado para esas fechas no le impida darle la bienvenida que se merece.