Hoy Miguel Docampo tiene radicado su taller en la casa familiar de Bedelle, la misma en la que realizó su primera exposición artística. Pero sus creaciones están desperdigadas por el mundo y en ocasiones el propio pintor se desplaza a otros lugares para pintar. Aunque admite que "es raro que haga obras por encargo", sí que ha hecho varios murales para decorar locales de ciudades como Vigo o Mallorca. En esta ciudad residió 3 veces a lo largo de su vida, que también le ha llevado a residir en Vigo, dos veces en Canarias y una en Ibiza. En la isla mallorquina ha decorado viviendas e incluso un restaurante. En Vigo, de su autoría son los murales que decoran las paredes del gimnasio Coliseum. En el caso de los murales, Miguel Docampo suele utilizar pintura acrílica. Admite que pintar murales es todo "un reto". Ha pintado paredes de hasta 10 metros de largo. No sabría decir si es fácil o difícil. Simplemente se considera un "hacedor" del arte como lo es cualquier otro trabajador de otro oficio.