Los concellos de Lalín y A Estrada tomarán medidas para controlar el intrusismo denunciado por los taxistas, que pone en riesgo la viabilidad de un negocio que en las comarcas cuenta con más de un centenar de licencias.

El gobierno de la capital dezana asegura que ya se están vigilando estas prácticas irregulares tras las quejas de la Asociación de Taxis de Lalín, que trascendieron por primera vez en diciembre de 2011, aunque el sector representado por Orlando Val Iglesias asevera que el intrusismo persiste sin que se le ponga coto. El concejal de Tráfico, Camilo González Bodaño, subraya que la Policía Local está trabajando en la medida de sus posibilidades para tratar de identificar a las personas que transportan clientes sin licencia, aunque la tarea no resulta sencilla. Y añade que en existe una estrecha colaboración con la Guardia Civil de Tráfico en este asunto para atajar esta problemática.

Sobre la reducción de licencias demandadas por la asociación local, el concejal afirma que están a la espera de que entre en vigor la nueva legislación estatal que establecería un tope de un taxi por cada 10.000 habitantes. "Primero tenemos que aguardar por la ley, que se encuentra en trámitación parlamentaria y luego ya podremos actuar", comenta. Este será uno de los temas que planteará al ejecutivo lalinense la asociación de taxistas local en una reunión que, según su presidente, se solicitará en próximas fechas. Cabe señalar que Lalín cuenta actualmente con 29 permisos, que con la nueva ley quedarían reducidos a una veintena.

En A Estrada, su alcalde, José López, reconoce que existen quejas del sector y que desde la administración pública se tratará de controlar los casos de intrusismo denunciados por los profesionales. El ayuntamiento tiene registradas un total de 19 licencias de taxi, que reportan a la administración local 654 euros en tasas. El gremio apunta que el control es necesario para acabar con el intrusismo que, junto a la crisis, acabará por desmantelar el negocio.