El precio de la leche cruda, similar al que de hace 30 años, y la continua escalada de precios de cereales, luz, agua y demás insumos explican por qué en apenas una década la cabaña de vacas de leche de la comarca ha pasado de 45.749 a 33.946, es decir, 11.803 menos. Los datos del IGE en cuanto a efectivos y explotaciones de ganado bovino desvelan que este recorte en las granjas de leche afecta, aunque de forma desigual, a los seis concellos dezanos.

El peor parado es Lalín, seguido de Silleda. En 2002, las granjas lalinenses alimentaban a 16.229 vacas lecheras, y las de Trasdeza contaban con 12.384. Pues bien, durante los nueve años siguientes Lalín prescindió de 3.878 animales (y se queda con 12.351), mientras en Silleda la cifra baja en 4.756 (para sumar 7.628). Podría pensarse que Rodeiro, dada su intensa actividad ganadera, tendría que estar entre los concellos con los recortes más profundos en vacas de leche. Pero no: en diez años baja en 300 cabezas y se queda en las 7.036. Así, el descenso en la cabaña ganadera es más acusado en Vila de Cruces (pasa de 4.112 a 2.734), en Agolada ( de 2.585 a 1.671) y en Dozón (de 2.585 a 1.671).

La estrategia que siguen unos y otros municipios para hacer frente a la eterna crisis de la leche pasa o bien por combinar estas explotaciones con ganado de carne (sea vacuno mayor o también terneros) o, para reducir gastos, rebajar también el número de estas reses. Lalín, Silleda y Dozón optan por la primera alternativa, la de diversificar la actividad ganadera. Lalín, que se colocaba tras Silleda en cuanto a la pérdida de vacas de leche, es ahora el ayuntamiento con la mayor crecida de la cabaña de vacuno mayor de carne, al ganar 399 animales para, según el censo del INE, rematar 2011 con 2.628 reses. Silleda, por su parte, suma 233 y se queda en 915, lo que da una idea de la impronta económica que todavía mantiene la producción de leche frente a la de carne en este municipio (casi siete veces más). En cuanto a Dozón, el concello más pequeño de la comarca, en casi una década pasa de las 869 cabezas a las 1.144, es decir, aumenta en 275.

Sin embargo en Rodeiro, Vila de Cruces y Agolada se opta por mermar, también, el volumen de reses que no se destinan a la producción de leche. En este caso, Agolada es la que tiene mayor cabaña de los tres municipios, debido a que en este municipio están dadas de alta varias granjas de Rubia Galega. En 2011 cuenta con 1.847 reses, 525 menos que a comienzos de siglo. Rodeiro, con 1.639 cabezas, también redujo su número, pero en 98 animales. Por último, en Vila de Cruces se redujeron en 231 cabezas, con lo que el censo más reciente alcanza los 1.364. En conjunto, Deza aumentó en nueve años su cabaña de vacas de carne, pero solo en 53 reses, con lo que suma 9.537.

Hay que destacar, también, el aumento de terneros de cebo, ya que en toda la comarca se constatan 72.220 cabezas, 8.910 más que a comienzos de siglo.