Vecinos de la localidad de Aboldrón, en la parroquia rodeirense de San Xoán de Camba, analizarán el agua de sus manantiales para confirmar que las granjas porcinas de Achacán no han contaminado el agua de las fuentes que surten a las viviendas. Aunque esta empresa desvía sus vertidos a otra zona de las faldas del Monte Faro, los vecinos quieren ratificar que la presencia de más de mil cabezas de ganado porcino no atenta contra la salubridad de los vecinos. Por de pronto y desde la puesta en marcha de las granjas, los residentes en el lugar reiteran ante el gobierno local que los pozos de barrena que construyó la explotación han mermado, y mucho, los manantiales que surten a la localidad. "Se trata no solo de un delito ecológico, sino también económico", explica uno de los afectados, Manuel Hermida Cidre, puesto que en esta zona no existe una red de suministro municipal.

Ya durante su etapa como portavoz del BNG, Cidre dejó clara su postura en contra de esta actividad ganadera por el impacto que causaría a Aboldrón. En febrero hizo dos años de la concesión de licencia para la granja por parte del gobierno bipartito del que formaba parte Hermida Cidre. La autorización se expidió en una junta de gobierno local a la que no pudo asistir el entonces concejal de Cultura, y se concedió después de que Augas de Galicia permitiese la construcción de las naves, porque se asentaban en una zona de concentración parcelaria, pero sin tener en cuenta que su ubicación se situaba, también en la zona de policía del Rego de Aboldrón.

El Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 3 de Pontevedra acaba de admitir el recurso de los vecinos contra esta autorización del gobierno así como contra el permiso para el proyecto eléctrico que expidió el posterior gobierno encabezado por Luis López.