La playa fluvial Pozo do Boi de Vilatuxe ganará 20.000 metros cuadrados cuando rematen las obras de la concentración parcelaria de la parroquia lalinense, todavía en proyecto.

Así lo anunció ayer el alcalde, José Crespo, durante una visita a las obras de mejora del espacio natural que acomete la empresa Hermanos Millares por 150.000 euros. Acompañado de la edil de área, Sara Fernández, y de vecinos de Vilatuxe, el munícipe indicó que con este nuevo espacio anexo de masa común el recinto será más confortable si cabe, una vez que en el proyecto de obra actual no se prevé la construcción de un área de aparcamiento. El arquitecto técnico municipal Antonio Bernárdez explicó los detalles de una intervención en la que la Xunta fue muy restrictiva en lo que respecta a los materiales o la modificación del entorno. Así, el vallado perimetral de la carballeira anexa a la zona de baño se mantendrá de madera al impedirse la construcción de un muro de piedra. En el prado situado al lado del río, empleado por los bañistas como zona de esparcimiento se plantarán unas especies arbóreas pequeñas en forma de seto para que haya más privacidad. Otros aspectos a destacar son los accesos al recinto de baño ya construido en cemento, adaptados ahora para personas con discapacidad. Crespo indicó que la remodelación de Pozo do Boi se realizará en plazo, con lo que estaría lista para mayo, aunque el mal tiempo podría retrasar unas semanas el fin de obra. "En todo caso estará preparada para antes del verano sin problemas", comentó el primer edil lalinense.

Además de la adecuación del espacio natural situado en la parte alta de la playa fluvial, el Concello estudia acometer otras mejoras, pero están condicionadas a la autorización de la Consellería de Medio Ambiente. Por el momento, el alcalde descartó dar más detalles sobre estas posibles intervenciones a mayores, hasta que no se disponga de la comunicación de la Xunta. Por poner un ejemplo, la normativa medioambiental impide colocar unas vallas de protección al puente de piedra por el que se accede a la carballeira, aunque tampoco podría estar de forma permanente, puesto que las riadas invernales acabarían por destrozarlo. Tampoco se pueden plantar tullas cerca de los márgenes del río, al no estar permitido por Aguas de Galicia. "Esta obra quedará rematada antes de finales de mayo, pero este año parece que no escampa nunca, así que podría retrasarse. Pero lo importante es que todo quede bien", dijo Crespo.