"Casa grande, capilla, palomar y ciprés, pazo es". Era el dicho popular que tradicionalmente se utilizaba para ayudar a diferenciar un inmueble solariego de un caserío rural. Sin embargo, la presencia de estos dos elementos no siempre se daba en las casonas consideradas pazos en la comarca dezana, de ahí que, aún hoy, sea difícil marcar las diferencias. Pero la recién rematada rehabilitación del Pazo de Liñares -el único de titularidad pública- ha puesto, una vez más, de manifiesto la riqueza arquitectónica de la zona en lo que a casas hidalgas se refiere.

Han sido varios los estudiosos que a lo largo del tiempo han catalogado y estudiado la diversidad de pazos que atesora la comarca. En su libro Pazos y Moradas Hidalgas de Deza, César Gómez Buxán y Francisco Rubia Alejos recogen más de medio centenar de edificios nobles, una treintena en Lalín, media docena en Silleda, ocho en Vila de Cruces, seis en Rodeiro, siete en Agolada, y uno en Dozón. Sin embargo, el cómputo que realizan los Concellos, sobre todo en lo que se refiere a la promoción turística, se reduce notablemente.

Lalín. El catálogo de bienes y espacios protegidos de Lalín -que el Concello presentó a mediados del pasado mes de febrero -reconoce una docena de pazos: Gil (Barcia), Bendoiro de Abaixo, Donfreán, Cristimil, Filgueiroa, Taboada, Anzuxao, Liñares, Eirexe, Des, Valdo Carrio y Outeiro. Por citar algunos, el pazo de los Gil Taboada ha sido cuna de ilustres personajes dezanos. Próximo a la Carballeira de Barcia, encierra más de seis siglos de historia.

El de Bendoiro, hoy convertido en establecimiento hostelero y hotel, tuvo su origen en una torre, según recogen Gómez Buxán y Rubia Alejos en su publicación. Fue objeto de varias reestructuraciones, y perteneció al linaje de los Taboada.

En la parroquia de Catasós se asienta el de Donfreán, habitado en sus orígenes por los Oxea. Dispone de un gran patio interior, auténtico escaparate de la arquitectura barroca compostelana.

La Casa de Cardexía, en Filgueiroa, también vinculada a los Taboada, tiene en su gran chimenea, uno de los elementos más representativos. Dispone también de un palomar cuadrangular, y alberga un oratorio doméstico, a falta de capilla.

El Pazo de Anzuxao, en Madriñan, es hoy morada y fábrica de quesos, tras una obligada remodelación a causa de un incendio. Es uno de los mejor conservados de la comarca.

La parroquia de Prado fue también lugar de residencia de la nobleza. Allí se asientan el Pazo de Liñares, recién rehabilitado, y el de Eirexe, más sobrio, y también perteneciente a los Taboada, quienes también fueron dueños del Pazo de Des. Este ocupa una superficie de unos 1.000 metros cuadrados en Soutolongo. Digno de mención es también el de Val do Carrio, uno de los más blasonados de la Galicia interior, al albergar siete escudos. Y en Vilatuxe luce el Pazo do Outeiro, con alpendres, hórreos y fincas que evidencian un marcado carácter rural.

Silleda. Uno de los más majestuosos y conocidos pazos de Silleda es el de Trasfontao, cuyos propietarios acaban de iniciar obras de rehabilitación. Dispone de una planta en 'H' con una entrada principal que da acceso a un pequeño patio con arcada, y de un jardín de estilo afrancesado. Sus escudos aluden a los linajes de los Montenegro, Mosquera y Oxea.

El Pazo de Cascaxide, propiedad de los Espinosa, es otro de los referentes, por sus dimensiones, su arquitectura y el bosque natural que lo rodea. Asentado en Escuadro, cuenta con una iglesia de estilo compostelano.

En el Pazo de Sestelo (Siador) es, en opinión del escritor y periodista lalinense Armando Vázquez, "uno de los más importantes de la comarca, hoy en día" por su cuidada rehabilitación y buen estado de conservación. Propiedad de Roberto Rivas, sus escudos de armas recuerdan el paso de los Baamonde, Ocampo y Pimentel. Pero la memoria más reciente de la casona quedará asociada a Francisco de Rivas Taboada que, cumpliendo con su gran devoción a la virgen de A Saleta, fue el benefactor de la parroquia y de la iglesia, cuya mejora costeó.

Sobresaliente es también la arquitectura civil hidalga del Pazo da Viña, en Abades, casa natal del escritor y político Ramón de Valenzuela. Es una de las construcciones de época barroca más emblemáticas del ayuntamiento. Otros pazos trasdezanos son el de Fares (Breixa); Paizás (Cira); Pazo do Arco (Fiestras); Marzá (Oleiros); Carricoba (Piñeiro); o Carballeda (Taboada).

Vila de Cruces. De las ocho moradas que Gómez Buxán y Rubia Alejos recogen en su libro, dos destacan especialmente: El Pazo de Fontearcada, en Arnego, y el de Altamira, en Cumeiro. El primero, conocido también por Casa de Mella, dispuesto en forma de 'U' cuenta con planta baja y piso de mampostería, tejado a cuatro aguas y sillares en la fachada. Fue cuna de canónigos, militares, marinos y letrados.

El de Altamira está situado próximo a la iglesia parroquial y dispone de una capilla adosada a la casa, con un retablo policromado y varias tallas. Ejemplos de casas hidalgas en territorio cruceño son también la casa de Vilar (Brandariz); Algara de Gres (Gres); Abraldes (San Pedro de Losón); Raíndo (Piloño); Pedroso (Oirós); y Reboredo (Merza).

Rodeiro. Ajustándose a los elementos que caracterizan un pazo, el Concello de Rodeiro, menciona únicamente dos edificaciones en su página web: El Pazo de Trasulfe, en Fafián; y el de Camba. El de Trasulfe se sabe que fue fundado en el siglo XVI, pero existen dudas de si fue Pedro López Varela de Camba, o Galaor Taboada López de Lemos sus primeros propietarios. Siete escudos adornan su portalón. Su edificación en 'U' se acompaña con una solana y una balconada lateral.

Por su parte, el de Camba, también conocido antaño como Casa dos Churruchaos, es morada del linaje de los Camba. Destaca su buena sillería, su torre de 8 x 8 metros -a la que se accede a través de una escalera-, y su valioso archivo de documentos relativos a fueros, arriendos y testamentos.

Agolada. El mejor conservado, y una de las más hermosas obras de la arquitectura civil gallega es el Pazo de Borraxeiros. Para su construcción, en el siglo XVII se aprovecharon elementos del antiguo castillo de Borraxeiros. Por su historia es "el más importante de la comarca", según Armando Vázquez. También conocido como Pazo de Salgado, en la actualidad es propiedad de Ulrico Fociños de Valenzuela y Fariña y de su hermana Matilde, encargada de su hermano y del pazo.

Reseñables son también el Pazo de Eidián -hoy casa de turismo rural-; Traspenas (Artoño); Baíña; Moas (Brántega); Pena (Carmoenga); Torre de Sexto; Ramil, Quintela o Basadre.

Dozón. La Casa dos Varela o Pazo de Sanguiñedo es el referente en Dozón. Como elementos, destacan su cantería y la pila de agua bendita de la antigua capilla.