"Venezuela era y es un grito al mundo, pero nadie nos oye". Así de tajante se expresaba ayer la polifacética artista Pilar Taboada sobre la muerte del presidente Hugo Chávez y la situación en que queda ahora el país austral. Taboada nació en la parroquia de Soutolongo, pero vivió en Venezuela 50 años, entre 1955 y 2005. Conoció pues, los últimos tres años del régimen militar de Marcos Pérez Jiménez, una dictadura "en la que había paz y tranquilidad, y visión de futuro, porque Jiménez creó universidades y construyó autopistas que hoy están destruidas".

Taboada también recuerda con buen agrado los primeros años de la democracia, en la que se fueron alternando entre 1858 y 1994 los gobiernos de Juan Pablo Pérez, Raúl Leoni, Carlos Andrés Pérez y Rafael Caldera, al que vencería Hugo Chávez en las elecciones de 1998. "En los primeros años, sí se aplicaron los principios socialistas de base, hasta el punto de que con Carlos Andrés Pérez, en el Congreso de Davos se ratificó que Venezuela fue el país que más había crecido", hasta el punto de que los mejores docentes europeos daban clase en sus universidades, y los jóvenes podían independizarse a los 24 años, recién licenciados. Pero "la democracia bipartidista fue corrompiéndose, algo muy parecido a lo que ocurre ahora en España, con lo que el pueblo está cansado y llega Hugo Chávez, el Mesías que gana las elecciones en 1998 con el 96% de los votos", explica la pintora. Pero, de ser "un dios protector, Chávez pasó a ser un dios destructor", que contentó a las clases más humildes, es cierto, pero que también "confiscó tierras y, a cambio del petróleo, trajo médicos cubanos que en realidad funcionan como ideólogos del sistema". Taboada vio "cómo los militares ametrallaron a personas en una manifestación pacífica, cómo se encarcelaron a personas inocentes y a intelectuales descontentos con el régimen, cómo se movilizaban a multitudes cada vez que Chávez visitaba otro país". Ahora mismo, una vez que ha fallecido, "el país está en la misma situación que en 1998, por lo que para seguir adelante, hay que suavizar todas las amenazas a la oposición". Henrique Capriles debería liderar esa oposición, pero Taboada teme que, si se convocan elecciones, "vuelvan a manipularse los resultados. Las votaciones tendrían que ser en urna, como en España, y no a través de un sistema informático". A pesar de sus críticas, Taboada recalca que sus proyectos artísticos "contaron con el apoyo tanto de los gobiernos demócratas como del de Chávez".

Más suave en sus críticas, quizá porque es más joven, resulta la presidenta de Venezolanos de Deza, Ana Rosa Martínez. Asegura que los venezolanos que residen en la comarca "ya nos esperábamos este desenlace. Lo de Chávez fue la crónica de una muerte anunciada, porque desde diciembre apenas se daba información a los ciudadanos, algo raro en un presidente tan carismático y mediático". Martínez insta a una "transición pacífica, porque Venezuela se merece vivir en paz, tiene muchos recursos naturales y turísticos" de los que podría vivir, al margen de su exportación de petróleo. Reconoce que "Venezuela está de luto, porque la ventaja del gobierno de Chávez fue que inculcó un gran sentido del patriotismo y del amor a la patria". Esta vecina viajó a Venezuela con tres añitos regresó a España en 2002, cuatro años después del ascenso de Chávez al poder. Se vino "por la inseguridad del país, algo que aumentó durante el chavismo". Recuerda que, en el golpe de estado de Chávez contra Caldera, "la moneda se devaluó mucho, y comprábamos alimentos ante la amenaza de escasez", una situación parecida a la actual.

Ahora, con la confirmación de que Nicolás Maduro será el presidente en funciones, coincide con Pilar Acevedo en que Diosdado Cabello, la vis militar, tendría que asumir el mando. Esta vecina nacida en Barcia vivió en Venezuela durante 40 años y regresó a España en 2003, "cuando el país ya estaba muy polarizado". Acevedo vivió el Caracazo de 1989, las protestas contra el gobierno de Carlos Andrés Pérez, y la continua persecución de los oligarcas. Conque volvió con su familia "en busca de paz y tranquilidad. Pero ahora, tal y como está la situación aquí, a veces me pregunto qué es mejor, si tener problemas para llegar a fin de mes o volver a Venezuela y tener que recluirte en casa a partir de las tres de la tarde". Respecto a Chávez, es muy clara con su postura "no quería que se muriese, porque eso es fácil, sino que sufriese. Chávez desintegró a todas las familias". Su régimen, sin embargo, parece contar con el apoyo de Latinoamérica después de muerto, "Cuba debe de estar llorando lágrimas de sangre por esta pérdida", concluye.