Tiene nueve años, un carácter muy apacible y se llama Llaki. Es un macho de Alaskan Malamute al que el colectivo Peludos sen Fogar encontró abandonado el pasado mes de diciembre en el polígono industrial de Silleda. El can carecía de microchip y, cuando los miembros de esta asociación ya le habían encontrado un dueño, a la hora de ir a recogerlo el animal había abandonado la zona. Fue localizado, de nuevo, en la parroquia lalinense de Noceda, donde lo acogió una familia desde entonces.

Pero esta raza, por su predisposición a recorrer grandes distancias transportando cargas, precisa grandes dosis de ejercicio y, sobre todo, espacio. Las reducidas dimensiones de su último hogar le causaron diversos contratiempos en su salud, y de ahí que Peludos sen Fogar decidiese buscar, a través de su muro en Facebook, un nuevo amo para este perro. Tenían en contra el tiempo, puesto que durante esta semana Llaki residía de forma provisional en una vivienda y, de no encontrar un nuevo amigo, tendría que ser sacrificado este viernes.

La respuesta de los amantes de los animales no se hizo esperar. En menos de un día, el mensaje de Peludos sen Fogar en la red social recibió 15.000 visitas, y fue compartido 200 veces. Así se explica que la asociación tuviese llamadas incluso desde Ávila o Huelva. A última hora de la tarde, un vecino de Carboentes, en Rodeiro, decidió adoptar al animal, puesto que tiene otro can de raza Husky.

Por otra parte, Peludos sen Fogar participará este domingo en un mercadillo benéfico, por lo que pide a sus socios y colaboradores que les entreguen ropa ya material que no utilicen, o bien en su local social (junto a las instalaciones de Protección Civil) o bien en la tienda Sansón y Pepal.