El artista más universal de Lalín fue recordado ayer en un sencillo acto en el museo municipal. José Otero Abeledo, Laxeiro cumpliría ayer 105 años desde que vino al mundo en una casa de la parroquia de Donramiro, desde donde luego conoció las penurias de la emigración, el regreso a su tierra para continuar con lo que sería su medio de vida: las pinturas que visten ahora galerías de arte, museos, edificios públicos y colecciones particulares. La obra de Laxeiro no solo está permanentemente en la memoria colectiva o en una de las salas del museo Aller Ulloa, si no que una estatua de granito suya preside el exterior del recinto museístico en donde ayer se concentraron artistas de la comarca para recordarlo en esta efeméride.

Con el himno de Lalín comenzó un acto en el que el edil de Urbanismo, Román Rodríguez, y Encarna, una parienta política de Laxeiro colocaron una corona de laurel ante la recreación granítica diseñada por O Vila. La música de Plácido Rozas cesó para que Julia Ferradás leyese dos composiciones literarias que su amigo, el escritor cruceño Xosé Neira Vilas preparó para distintas efemérides. Una, en el año 2000 con motivo del cuarto aniversario del fallecimiento del artista y otro, un romance de Neira para Laxeiro al que se dio lectura en Vigo en 1993 por su 85 cumpleaños.

En las epístolas, Neira Vilas retrataba al gran Laxeiro como un militante de la alegría, como él mismo admitía sentirse, así como su infancia en Donramiro y luego en Botos, a donde se trasladó a vivir con sus padres a los seis años. "Eu nunca poderei falar de Laxeiro en pasado; sempre o teño presente, todos o temos presente", escribió el cruceño.

Fundación

Por otro lado, la Fundación Laxeiro, con sede en Vigo, distinguió ayer al artista Jorge Castillo con el Premio Laxeiro 2013. Al acto acudió el secretario general de la entidad, Carlos García-Suárez Otero; el conselleiro de Cultura, Xesús Vázquez, y el alcalde vigués, Abel Caballero.