Los primeros gallos, de siete semanas, entraron en su explotación el pasado marzo. El próximo mes estarán listos para la campaña de Navidad. La explotación experimental de cría de gallo artesanal de David Sueiro está situada en una robleda de la parroquia cruceña de Merza. Es el laboratorio de la producción de gallo tradicional, el lugar de ensayo para perfilar el plan de cría certificado diseñado por expertos para conseguir el ambicioso objetivo de productores y gobernantes: Posicionar los corrales de Vila de Cruces en el mapa de la producción avícola artesanal de calidad.

Los alumnos participantes en el curso de Diversificación de la economía rural: Cría Artesanal del Gallo, que se celebró desde el viernes en Cruces, concluyeron ayer sus clases con una visita al lugar. Los ejemplares de raza Mos que Sueiro alimenta en su parcela de 4.000 metros cuadrados proceden del Centro de Recursos Zoogenéticos de Galicia, ubicado en el Pazo de Fontefiz, en Coles. Cuida de 400 ejemplares para cebo y 50 gallinas reproductoras, las encargadas de poner los huevos de los que saldrán nuevos ejemplares de raza autóctona con los que continuar la cría. Los tres machos destinados a esta tarea han sido seleccionados por la Asociación de Avicultores de Raza Galiña de Mos (Avimós), cuyo director técnico, Diego Rois, fue el encargado de impartir la formación a los 15 productores asistentes al curso. Este organismo es también el que realiza el control sanitario en las explotaciones cruceñas adheridas.

Los animales están distribuidos en la finca en tres parques: Dos para cebo y uno destinado a la reproducción. La parcela está vallada a una altura de 1,80 metros y dispone de dos hilos de pastor "para que no entren las alimañas", explica Sueiro.

"Todos los gallos de corral de Vila de Cruces certificados son de raza Mos", explica el joven productor que, junto con otros cinco es socio fundador de la nueva cooperativa que aguarda los últimos trámites para echar a andar. Una vez registrada, "tenemos unos diez criadores de la comarca de Deza dispuestos a entrar", comenta. Este organismo será el encargado, entre otras cosas, de garantizar que las aves que se vendan con el sello de gallo tradicional sean alimentadas con "materias primas cultivadas por el propio productor", a base de maíz, trigo, y verdura de temporada.