Tras el éxito cosechado con el impactante Un disparo de advertencia, el lalinense Ángel Calvo Ulloa regresa a su tierra natal con Discursos improbables, "una continuación con un formato y una intención totalmente diferentes", asegura. La actividad se traslada ahora a un espacio cerrado y privado próximo al colegio Sagrado Corazón de la localidad, llamado "NONLUGAR", con un ciclo de seis exposiciones que cuenta, cada una, con la participación de dos artistas durante los próximos doce meses. La idea principal del proyecto de Calvo Ulloa es invitar a dos artistas que a priori carezcan de afinidades, pero que dejen en manos de la figura del comisario la responsabilidad de generar el diálogo artístico que en un primer momento parece improbable o incluso imposible.

Lo novedoso de la propuesta radica en que tiene hora de cierre. El proyecto se desarrolla durante un espacio temporal de un año con diferentes muestras bimensuales y un único día para contemplarlas. La primera cita cumplió con lo previsto, convirtiéndose en una inauguración-clausura de la exposición protagonizada por el extremeño Teo Soriano y el vasco Kepa Garraza. Ambos formaron parte de la jornada inaugural a pesar de que sus pinturas nunca convergen, tal y como explica el comisario local lalinense y promotor de la iniciativa artística. La primera exposición mostró, pues, a pintores en polos opuestos, con intereses contrarios y carreras, en principio, que no estaban predestinadas a cruzarse.

Calvo Ulloa ya tiene cerrada la presencia del gallego Manuel Eiriz y el salmantino Javier Núñez Gasco para la segunda entrega de Diálogos improbables, el próximo 21 de diciembre. En esta ocasión, lo dos creadores acercarán fotografías y vídeos al proyecto perenne de Lalín con unas piezas incluidas dentro del Outono Fotográfico que organiza la ciudad de Ourense.