El culto a San Benito llegó a la comarca de la mano de los monjes benedictinos del Mosteiro de Aciveiro. Aquellos inicios desembocaron en una fuente de fe que no cesa. Fruto de ella son las numerosas fiestas en honor al santo que salpican la zona y muy especialmente la más destacada de todas ellas, la romería que vivirá hoy la parroquia forcaricense de Pardesoa.

Esta cerró ayer una novena que en cada uno de sus días volvió a dejar pequeño el templo para acoger a los fieles del "santo más milagroso". Hoy, le honrarán en las misas ininterrumpidas que habrá desde las 9.00 hasta las 13.00 horas, siendo esta última solemne y con procesión. Ya por la tarde, a las 19.00 horas habrá otra celebración litúrgica, seguida por las "poxas" de productos donados al santo

Esta es precisamente la faceta de la romería que más ha cambiado en las últimas décadas, según explica el párroco de Pardesoa, José Pérez Bértolo. Se ha reducido notablemente la subasta de carne de cerdo y solo se subastan huevos y aves de corral. Lo que sigue indemne es el beso a la reliquia y la imposición del santo. Asimismo, los 36 años que lleva en la parroquia le llevan a afirmar que "la devoción generalizada" y el "culto tradicional" al santo no han variado. Pero quienes le honraban entonces siendo jóvenes son hoy mayores y la parroquia ha perdido la mitad de su población.

Pero a Pardesoa llegan devotos procedentes de toda la comarca e incluso de fuera. Buscan en este santo universal, patrón de Europa desde los 70, cura para todo tipo de males de cuerpo y espíritu. Sigue siendo abogoso de la curación de verrugas y problemas de piel. Pero hoy, sobre todo, recibe peticiones de ayuda para vencer al cáncer. El párroco anima a pedirle por los matrimonios y por que las familias estén más unidas. Problemas sociales como el paro también se asoman entre las súplicas de quienes confían en San Benito como su más fiel defensor y benefactor.