Os Pendellos de Agolada vuelven a sus orígenes gracias a la presencia de medio centenar de artesanos de 16 oficios diferentes que se dieron cita ayer en Agolada. Artesanos de diferentes puntos de nuestra comunidad se reúnen en el I Encuentro de Artesanía Tradicional y Popular de Galicia, que se prolongará hasta mañana. De esta forma, estos recintos recuperan todo su resplandor, tal como mencionó Rafael Louzán, presidente de la Diputación de Pontevedra. Louzán, junto al alcalde de Agolada, Ramiro Varela, y la directora Xeral de Comercio, Nava Castro, fueron los encargados de inaugurar esta jornada artesanal. A la cita también acudieron los alcaldes de Lalín, Rodeiro y Dozón, el delegado territorial de Pontevedra, Cores Tourís, además de otras autoridades. "A pesar de que el corazón de la artesanía gallega late, afortunadamente, en muchos rincones de nuestra geografía, existe un lugar que nos traslada en el tiempo a su propia esencia, Os Pendellos de Agolada. Aquí están las huellas y los recuerdos que nuestros antepasados dejaron en estas piedras y gracias a ellos podemos mezclar los oficios tradicionales con la innovación", afirmó Castro.

La artesanía no estará sola sino que compartirá protagonismo con la música y la gastronomía. Con este acto se producirá una combinación entre los productos alimenticios del interior y de la costa. Un gran abanico de productos procedentes de distintas zonas adornan, durante estos días, los expositores de Os Pendellos. Pan de Pontevedra; variados patés de percebe de Baiona; miel y aceite de la Ribeira Sacra; distintos tipos de chocolate de Ponteareas; bombones de Lugo de hechos a base de miel, nueces, aguardiente; licores, como el de chocolate con cerezas o el de limón, procedentes de Noia; vinos de Cambados y Vilagarcía de Arousa; bicas de Pobra de Trives... y por supuesto, no podrían faltar productos de las zonas más cercanas, como las rosquillas de Aurita de Lalín, embutidos de Melide o la sidra ecológica de Ribela (parroquia de A Estrada). Todo un lujo de sabores para los paladares más exquisitos.

Por otro lado, Os Pendellos también se llenaron de otros artículos resultado de varios oficios artesanales como el textil, la orfebrería, la cantería... Tapices que dejan huella de fotografías como la Praia das Catedrais o de un tranvía pasando por la ciudad herculina hasta obras de pintores como las del gallego Leandriño Lamas, de Narón. Javier Rodríguez y su esposa Fina Mucha, de A Coruña, que llevan 29 años recibiendo encargas de tapices y varias de sus obras adornan las paredes del Parlamento de Galicia.

Por otro lado, la empresa Gaitas Gil, de Ponteareas, también hizo presencia en Agolada. Sus responsables llevan más de una veintena de años dando forma a gaitas, un instrumento que parece tan gallego, pero que cada vez sobrepasa más fronteras. Esta empresa lleva sus ventas a fuera de España, teniendo compradores, entre otros, de Portugal y de Japón. Además, se trata de un negocio de gran prestigio ya que gaiteros de renombre como Carlos Núñez o José Manuel Budiño tocan con gaitas de esta firma.

Zocos de Elena Ferro, a zoqueira de Merza, cestos de Idoia Cuesta, artilugios de hierro y de madera también se unen a la muestra.

Charla alimenticia para los niños y de artesanía para los mayores

La iniciativa lúdica Ponlle as pilas ao teu bocata tuvo lugar ayer en el Concello de Agolada. Se trata de una actividad organizada por la Consellería do Medio Rural e do Mar para inculcar valores alimenticios a los más pequeños. Con este tipo de propuestas se pretende enseñar a los niños la importancia de comer pescado.

Por otra parte, ayer, se presentó Secretos de Galicia, un nuevo proyecto de comercialización de productos de alimentación con dos charlas a cargo de la gestora cultural Francisca López y del arquitecto Carlos Sánchez-Montaña.

Otra conferencia formó parte de la jornada artesanal de ayer. La charla Artesanía Deseño. Unha historia para contar del prestigioso diseñador Martín Azúa. Azúa trató de explicar que el diseño puede contemporaneizar el producto artesanal.

Por la noche, el ritmo lo marcó, en la Praza do Concello, el grupo de pandereteiras Tequexetéldere de A Estrada.