"Ahora puedo morirme cuando quiera. Es mi última faceta de la vida, termino siendo un hombre completo. Me siento complacido y satisfecho de verlo salir a la luz. Desearía que viniese otro detrás que lo hiciese mejor". A sus 95 años de edad, Manuel da Chaira –nombre de su casa natal– ha visto cumplido su último gran sueño: La publicación de su libro Historia de Saídres, una feligresía milenaria. Está editado por la Diputación de Pontevedra, cuyo presidente, Rafael Louzán, arropará al autor mañana en su presentación en la citada parroquia de Trasdeza. El acto tendrá lugar a las 19:30 horas en el campo de la fiesta, que precisamente acoge el San Juan este fin de semana. Las familias presentes recibirán un ejemplar de la obra. "Nunca pretendí hacer un céntimo con este trabajo, solo dedicárselo a la parroquia plenamente", confiesa Fernández Rey.

–¿Cómo se decidió a escribir un libro sobre su parroquia?

–Hay una culpable. Siempre tuve mucho interés en investigar sobre el Coto de Carboeiro. Así que, allá por el año 2000, fui a la casa de Taboada, en Saídres, que tenían documentación antigua, sobre todo relacionada con la emigración. Me llevé un bolsón grande lleno de papeles, los organicé, los puse en orden cronológico y se los devolví. Entonces, Inés [la dueña] me dijo: "¿Por qué no escribe un libro?". Ella me dio la idea, fue quien me empujó. Yo no soy escritor, pero me lancé al agua.

–¿Y por dónde empezó?

–Recurrí al Archivo Histórico Provincial, y ahí encontré una mina. Pero hay otra casa en Saídres, la de Mato, que tenía documentos aún más antiguos. Concepción Mato Gómez [ya fallecida] me los dio, se los organicé y se los encuaderné. Un legajo del siglo XVI alude a una venta que le hace la marquesa de Saídres, casada en Oirós, a un tal Marza.

–Para no ser un escritor le ha salido un tomo enciclopédico...

–Soy un escribidor, no un escritor. Es una relación de documentos, un cronicón de la historia de Saídres, que era una de las tres parroquias de la provincia de Santiago, junto con Carboeiro y Xestoso, jurisdiccionalmente administradas por el abad de Carboeiro. [Las otras, de Lugo, eran Merza, Fontao, Bodaño y San Pedro de Losón].

–¿Ve su labor más como una recopilación de documentación para su puesta en valor?

–Si, para que otros profundicen y estudien a fondo el sistema histórico y social. Yo me limité a exponer los hechos. Además, con este libro se manifiesta que Saídres también existe. [Fue la única de las 33 parroquias de Trasdeza omitida en unos folletos turísticos del municipio editados hace un par de años]. No hay otro topónimo ni nominativo como Saídres, es único.

–Usted dice que una de las riquezas de Saídres es, precisamente, la toponimia.

–Es interesantísima, muy numerosa, un patrimonio inmaterial que no debe perderse. El libro sirve para que otros puedan estudiar temas de Saídres y Galicia, en general, ya que muchos son comunes.

–¿Qué le dirá a sus paisanos?

–Que lo lean y que recuerden a sus antepasados. Muchos, niños y mayores, quedarán sorprendidos cuando lean algunas cosas.