Es el enclave ineludible de la comarca de Deza para todo turista que se precie y el emblema por excelencia del Concello de Silleda. El Mosteiro de Carboeiro resiste a los tiempos, y a la crisis. El Concello comenzó a aplicar el pasado 5 de abril, día de Jueves Santo, la ordenanza que regula el cobro por la entrada al cenobio, pero ni este pequeño escollo, que podría haber frenado la curiosidad de los viajantes por descubrir sus tesoros del interior, ha frenado la presencia de foráneos. Un total de 1.016 personas han visitado el templo desde el 4 de abril hasta el 1 de mayo, fecha del último recuento hecho por el gobierno local. De ellas, más de la mitad, 529, acudieron en los cuatro días principales –de jueves a domingo– de la Semana Santa.

La cifra, más que satisfactoria, demuestra el potencial turístico que el complejo eclesiástico representa, no solo a nivel municipal, sino también comarcal e incluso autonómico. Es por ello, que el Concello ha puesto en marcha un Plan de Musealización de Carboeiro, que tiene en el cobro de la entrada por el acceso al templo y las visitas guiadas al mismo una de las principales medidas. Pero no son suficientes. En opinión del edil de Cultura e Turismo, Matías Rodríguez da Torre, la Xunta debería de habilitar un "fondo de inversión para el mantenimiento" del inmueble, que acarrea "deterioros notorios en sus dependencias" como consecuencia de las "deficiencias" en los trabajos de rehabilitación a que fue sometido hace años. "El Concello no tiene operarios cualificados ni fondos", explica el concejal, que reconoce que el inmueble padece "deficiencias" que, si bien no suponen un inminente peligro de deterioro "pueden llegar a ser graves". Es el caso del tejado, que pese a ser rehabilitado hace unos diez años, cuenta ya con tejas rotas que podría acabar provocando goteras. La humedad ya es patente en las paredes y en el suelo, que también precisa una intervención.

Da Torre ha encargado a la Dirección Xeral de Patrimonio la elaboración de un informe del estado infraestructural actual del cenobio para, en función de lo que concluya, plantear una intervención. Mientras aguarda por la visita de los técnicos, el edil sabe que "no es el mejor momento económico" para poner en marcha las obras, pero advierte que el Mosteiro de Carboeiro es una joya arquitectónica que no puede dejarse perder. Pero el Concello no dispone de capital para acometer los trabajos. Sus labores de conservación se limitan a "obras básicas de mantenimiento", como el arreglo de una cerradura que pueda estropearse o la limpieza de los alrededores del templo, siempre con la autorización previa de Patrimonio.

Inversión millonaria

La cantidad de dinero que se precisará para solucionar las deficiencias en el monasterio se conocerá una vez la Xunta redacte el informe sobre su estado, pero Da Torre lamenta que se hayan desaprovechado los "cientos de millones de pesetas" que la Xunta destinó en los últimos años a su restauración. La última, iniciada a finales de 2007 –la tercera fase– supuso un desembolso de 263.000 euros y consistió en la recuperación de los muros, la reconstrucción de una parte del cenobio y la creación de áreas de descanso y viales de acceso. La iniciativa se incluyó en una serie de actuaciones globales por un importe global de 4,1 millones de euros.

Abierto ya en horario de verano durante siete horas al día

El monasterio funciona ya en su horario de verano: de 11 a 14 y de 16 a 20 horas. La nueva ordenanza municipal regula el cobro por el acceso. La tarifa general es de 1 euro por persona. Si incluye visita guiada de 45 minutos se eleva a los 3 euros, y si la visita es didáctica –de una hora y cuarto de duración– el precio es de 4 euros. Hay descuentos para menores de 65, jóvenes de 6 a 16 años, grupos y parados.