Las autoridades sanitarias han obligado a cerrar el tanatorio de Silleda para acometer reformas en su interior y ajustar las instalaciones a la normativa vigente. El incumplimiento principal tiene que ver con la ubicación de los baños, especialmente el de hombres, que está situado en un "lugar de tránsito", esto es, en una zona por la que se pasa con los cadáveres. Las obras para corregir este defecto empezaron la pasada semana y se prolongarán unos quince días más, según confirmaron responsables del edificio mortuorio.

El tanatorio de Silleda es utilizado no solo por familias del municipio trasdezano, sino también por las de concellos cercanos, sobre todo de Vila de Cruces. Su cierre provisional ha ocasionado contratiempos en las últimas jornadas a las empresas del sector y, sobre todo, a las familias, que se ven obligadas a efectuar incómodos desplazamientos para velar a sus seres queridos. Este mismo fin de semana ha habido casos de silledenses que han tenido que ser velados en tanatorios de Lalín. Junto con la capital dezana, las otras salas alternativas son las de Vila de Cruces y A Estrada, siempre que no estén ya ocupadas.

La reforma del inmueble mortuorio de Trasdeza llevaba tiempo pendiente, pero su realización siempre se había ido dilantado para, en parte, no privar a los usuarios del servicio. Los responsables del centro han decidido actuar ahora por las presiones de las autoridades sanitarias, que les dieron un ultimátum para acometer las obras, bajo advertencia de precintar las instalaciones, al menos el área de los baños. "La normativa sanitaria cambia constantemente y hay que ajustarse a sus exigencias, pero es una reforma interior de poco calado", explican desde el propio tanatorio.

La actuación, que ya dispone de licencia municipal de obra, dio comienzo en días pasados y se prolongará un par de semanas más. "Confiamos en concluir la reforma en menos de quince días, aunque es difícil concretarlo, porque las obras se sabe cuando empiezan pero no cuando terminan", comentan responsables del centro consultados por esta Redacción. En todo caso, confían en que no se prolongue mucho en el tiempo.

El principal problema radica, según manifestaron desde el tanatorio, en el aseo de hombres; como lugar común o de uso público que es, deberá ser debidamente separado de la zona de tránsito del personal del centro. Así es que la actuación se limitará exclusivamente al sellado de la zona de los baños, sin afectar ni a las salas ni a las cámaras mortuorias. "Las salas, el pasillo y las cámaras cumplen perfectamente la normativa", corroboran los responsables del inmueble.

El tanatorio de Silleda, situado al pie de la carretera N-525, fue construido hace poco más de una década y dispone de tres velatorios, un vestíbulo y una sala. Sus responsables señalan que no está prevista una ampliación.

Multa por un velatorio en un local público de A Bandeira

El cierre del tanatorio silledense está ocasionando verdaderos quebraderos de cabeza a la hora de organizar algunos velatorios. Así sucedió la pasada semana a raíz del fallecimiento de un vecino de A Bandeira. Su cadáver fue velado en el local social de la tercera edad, situado en el bajo de un edificio de la localidad, lo que podría costarle a la funeraria (Servicios Funerarios Rías Baixas SL) una multa de 3.000 a 6.000 euros por parte de Sanidade.

La empresa dispuso del local público para el velatorio tras obtener permiso del edil Matías Rodríguez da Torre. "Yo seguramente hubiese hecho lo mismo, porque en esos momentos solo piensas en ayudar a la familia", declara la alcaldesa, Paula Fernández Pena. Una inspectora de Sanidad vio la esquela y se personó en el local al día siguiente para comprobar la infracción e imponer la correspondiente sanción. La funeraria, que ya se puso en contacto con Sanidade, presentará alegaciones por escrito explicando la particular situación. Dice que es el procedimiento habitual, porque la solicitud previa de permiso tardaría demasiado.