Carmen Reboredo Lalín abandonó ayer la cárcel de A Lama después de que la Audiencia Provincial le concediese la libertad provisional sin fianza, a la espera de la celebración de juicio. La mujer había ingresado en prisión provisional en noviembre de 2010 como imputada, junto a su marido José Mouriño Souto, por el asesinato de su hija Sonia, el incendio que asoló su casa y la muerte de un antiguo empleado a raíz de éste, acaecidos el 29 de octubre del mismo año. Los abogados de la mujer habían presentado un recurso contra el auto del Juzgado Número 2 de Lalín (emitido en enero), alegando que no existía ni riesgo de fuga ni de ocultación de pruebas. El arraigo familiar de la esposa de José Mouriño Souto también ha sido tenido en cuenta por la Audiencia para autorizar su salida del penal, ya que a partir de ahora pasará a estar atendida por unos familiares de Lalín.

Una cuñada pasó en la mañana de ayer a recogerla en la prisión, puesto que Reboredo tenía que personarse en los juzgados lalinenses para entregar el pasaporte y evitar, así, cualquier salida del país. La resolución indica que, además, la mujer deberá acudir a salas dezanas "semanalmente y cuantas veces" fuese llamada por las mismas. En caso de que incumpla alguna de estas condiciones, podría volver a prisión. Poco después del mediodía Reboredo, en compañía de un pariente y a pie, cumplió con este requisito. Posteriormente y según informaron sus defensas, estaba previsto que acudiese a una clínica para someterse a un TAC, puesto que la mujer tiene hernias discales y, debido a la falta de medicamento en este casi año y medio de prisión contra la artrosis, se mueve con dificultad.

Los abogados de EIA, el bufete que lleva la defensa de Reboredo, se mostraban ayer satisfechos con la publicación del auto, puesto que estima todas las alegaciones que habían presentado en el recurso. Por ello, no se descarta que su marido José Mouriño quede también en breve en libertad. En todo caso, las defensas de uno y otra trabajan desde hace tiempo de forma conjunta ya que también tienen en común otras peticiones como la anulación de la confesión que se tomó a Carmen Reboredo nada más ser rescatada de la fosa, en estado de shock y sin abogado de oficio.

Críticas a la instructora

La resolución de la Audiencia Provincial cuestiona la que en su día emitió el Juzgado Número 2 de Lalín para mantener a Reboredo en prisión preventiva más allá de los seis meses que establece la ley. En concreto, apunta que "las resoluciones recurridas adolecen de una motivación adecuada y suficiente a la gravedad de la medida que se mantiene". La audiencia admite que los hechos que se le atribuyen a Reboredo son graves. Además, recuerda que existen indicios de criminalidad puesto que Reboredo, en todas sus declaraciones, se autoinculpa de la muerte de su hija Sonia.

Pese a estas imputaciones, el tribunal añade que es necesario revisar la situación de Reboredo y sus circunstancias personales, más que nada porque el procedimiento ya no se encuentra, ni mucho menos, en sus primeros momentos. "No resulta de recibo afirmar, como hace la instructora, que no ha variado ninguno de los criterios ponderados", reza el auto. La jueza del Número 2, Cecilia López, denegó la libertad de la esposa de Mouriño pero sin indicar qué pruebas podrían verse alteradas y se basó en el riesgo de fuga sin siquiera investigar si la mujer tenía familiares en el extranjero que pudiesen facilitar su fuga del país. Por contra, la audiencia concede su libertad provisional sin fianza porque tiene constancia del arraigo de Carmen Reboredo –es oriunda de Moneixas pero llevaba 11 años viviendo en Outeiro, Barcia– "y de la existencia de familiares dispuestos a hacerse cargo de la misma, unido a los padecimientos psicológicos que sufre".

Además de sus males físicos, Carmen Reboredo viene sufriendo desde hace años episodios depresivos, de los que tampoco ha sido tratada durante su estancia en A Lama. Por eso, sus abogados de la asesoría EIA habían propuesto, sin éxito, su salida de la cárcel para ser trasladada a un centro psiquiátrico, con el consentimiento de su esposo. Incluso llego a denegárseles un examen psiquiátrico en el penal para ver el alcance de sus enfermedades mentales.

La Fiscalía, contra su salida de la cárcel y el traslado a un centro psiquiátrico

Tras el trágico incidente de aquel 29 de octubre de 2010, Carmen Reboredo estuvo ingresada en el Hospital Montecelo de Pontevedra y posteriormente en el Clínico y el Gil Casares, ambos del CHUS; antes de ingresar en prisión el 11 de noviembre. Su marido José Mouriño, imputado por los mismos delitos en calidad de co-autor, ya había sido internado en A Lama el 31 de octubre. A lo largo de estos 17 meses de prisión, la defensa de Carmen Reboredo ha cambiado hasta en tres ocasiones: la abogada de oficio, Margarita Civeira, fue sustituida por Guillermo Aller, que se encargó del caso hasta noviembre del año pasado y que, al igual que su antecesora, reclamó sin éxito el acceso al informe del Imelga sobre la salud mental de Reboredo. este documento acaba de entregarse a las partes hace apenas un mes. Aller fue relevado por la asesoría viguesa EIA, que tenía entre sus planes, además de la libertad de Reboredo, la realización de exámenes forenses por cuenta propia. Por ello, recurrió la denegación de libertad proponiendo que fuese trasladada a un psiquiátrico. A ambas propuestas se opuso la Fiscalía de Pontevedra. En su Memoria de 2010, la acusación pública mantiene que Sonia Mouriño "falleció a manos de su padre, con la cooperación aún no totalmente definida de su madre, con la que posteriormente organizó una compleja trama para desviar la atención".