El Equipo de Normalización e Dinamización Lingüística del IES Pintor Colmeiro de Silleda quería conocer la salud del gallego en la localidad y, más concretamente, entre los jóvenes. Los datos más recientes sobre la realidad de la lengua en Trasdeza son los de un estudio del Instituto Galego de Estatística (IGE) de 2001, así que, para actualizarlos, el equipo realizó una encuesta entre sus 275 alumnos de ESO y Bachillerato. El resultado fue el temido: Hay una "importante disminución" del uso del gallego, según rezan las conclusiones del estudio, que puede consultarse en el blog As Ferreiras del centro de enseñanza.

El 92% de los silledenses preguntados por el IGE admitía hablar siempre en gallego. Once años más tarde, la encuesta realizada por el instituto determina que el 54,9% de los estudiantes reconoce que en sus casas emplea solo el gallego, pero la hegemonía se reduce a la hora de relacionarse con los amigos. En estas situaciones, únicamente el 37,8% dice usar en exclusiva la lengua de Galicia. "Ellos mismos admiten que cuando hablan entre ellos en la pandilla emplean más el castellano. Lo asocian a que les reporta un plus de empatía, un nivel más alto y un conocimiento más elevado. El gallego lo relacionan con el ámbito rural", comenta Xoan Carlos García Porral, responsable del equipo de Normalización. La lengua de Cervantes también gana terreno en la escrita. El 11,5% solo escribe en castellano, mientras que los que lo hacen únicamente en gallego representan el 26,6%.

La pérdida de gallegohablantes adolescentes va directamente ligada a la caída del uso en el hogar, un cambio que García Porral achaca, en parte, al proceso de urbanización. "Ahora son los padres los que parece que cambiaron, muchos, porque han pasado de la vida en la aldea a la del pueblo. Y en esto también influye la llegada de extranjeros". Las "instancias políticas, los medios de comunicación y el ámbito académico", dice, también tienen su parte de culpa. "Parece que el gallego se asocia a tener una determinada ideología política, cuando es un patrimonio de todos que tenemos que defender", apunta quien considera que nunca desaparecerá siempre y cuando "se proteja y defina", concluye.