Prosigue el goteo de posicionamientos en contra de la incineradora de residuos proyectada por la empresa Estela Eólica en O Irixo. Ayer fue Unións Agrarias (UU AA) quien se postuló en contra de la instalación en si misma y de su ubicación en el municipio ourensano fronterizo con Deza. Su secretario comarcal, Román Santalla, fue más allá al cuestionar incluso la panacea laboral que se vende en torno al proyecto €unos 250 puestos de trabajo€, pues los posibles perjuicios para el campo podrían acarrear cierres de explotaciones y cada una de estas genera una decena de empleos, directos e indirectos. Así que "se puede deshacer más de lo que se va a construir", advirtió.

La ejecutiva dezana del sindicato agrario consensuó ayer su posicionamiento oficial sobre la incineradora, que remitirá a la Consellería de Medio Ambiente y en el que se cuestiona la instalación de la planta. A su juicio, su ubicación en O Irixo "no se justifica", pues una planta de tratamiento de residuos tendría que localizarse cerca de donde estos se generan €esto es, las áreas metropolitanas de Vigo, Pontevedra y Vilagarcía€, y no a unos 90 o 100 kilómetros de distancia. "Esto no es ecoeficiente, ni económicamente rentable, así que la ubicación en O Irixo no se justifica por razones técnicas", sentenció Román Santalla.

Al margen del emplazamiento concreto, la organización sectorial rechaza la incineración como sistema de eliminación de residuos. Señala que está en desuso en el resto de la Unión Europea €en donde, de hecho, se están cerrando plantas existentes€, "por su impacto contaminante". Según Unións, la incineración es una "fuente de riesgos ambientales", aspecto que cobra mayor dimensión en una comarca eminentemente rural como la dezana. "Aunque se tomen medidas sobre el papel, hay riesgo de contaminación de los campos por inmisiones de compuestos tóxicos producidos en la combustión y por la contaminación del agua asociada al vertedero anexo", explica Xacobeo Feijoo, secretario de desarrollo rural de la organización. Lo ejemplifica con lo acontecido en la central de Sogama (Cerceda) en 2009, cuando se descubrieron filtraciones a un afluente del Tambre y el enterramiento de medicinas caducadas que, igualmente, generaron filtraciones al río y a pozos vecinales.

UU AA apuesta por alternativas "más ecoeficientes" que la incineración, en línea con lo aprobado el fin de semana en la cumbre de Durban (Sudáfrica) y con el plan de la Xunta bipartita.

También el Sindicato Labrego Galego se había posicionado, días atrás, en contra de la planta.