La constante evolución del sector ganadero conduce a un proceso importante de intensificación en los sistemas de producción, traducido en un incremento de los subproductos generados en las explotaciones. Los estiércoles representan un peligro potencial para el medio ambiente cuando no se encuentra salida para los mismos. Se deben de ofrecer soluciones innovadoras a los actuales problemas de eliminación de purines en las explotaciones, facilitando su valorización para diferentes usos.

Este es el principal objetivo que persigue el proyecto Ecorega de Unións Agrarias-UPA que se encarga de la ecogestión de los residuos orgánicos ganaderos y de su repercusión en la emisión de gases de efecto invernadero. Este organismo trabaja conjuntamente con los agricultores estableciendo un modelo de participación dirigido a obtener resultados más rentables en sus explotaciones a nivel económico, social y medioambiental. La construcción de pilas o silos para el compostaje tiene como principal fin la generación de un entorno apropiado para el ecosistema de descomposición. El entorno no solo mantiene a los agentes de esta, sino también a otros que se alimentan de ellos.

Este proyecto tiene una duración de dos años, iniciándose el pasado enero y se terminará en diciembre del año que viene. Trabajan en 18 explotaciones, 9 de ellas situadas en Extremadura y el resto en Galicia. Entre las gallegas se encuentra la explotación avícola Trasfontao, situada en el lugar de este mismo nombre perteneciente al concello de Silleda y cuyo propietario es José Castro.

Ayer en este explotación, tres técnicos de Unións Agrarias impartieron una jornada práctica para enseñarles a los ganaderos como se debe llevar a cabo el proceso de compostaje de los residuos orgánicos. Los asistentes pudieron observar el volteo de la pila de compost hecha con anterioridad. "Este compost está hecho a base de tojos y residuos avícolas. Lo que se pretende con esto es también aprovechar para algo la maleza que ya no nos sirve para nada", comenta Paula Conte, directora técnica de Ecorega.

La materia orgánica se descompone por vía aeróbica o por vía anaeróbica. El compostaje es concretamente el ciclo aeróbico que tiene alta presencia de oxígeno. Los residuos son sometidos previamente a una análisis. Una pila de compost debe de tener una humedad de entre el 40 y el 60% y la temperatura ideal está alrededor de los 60 grados centígrados. "El clima gallego retrasa el proceso del compost por la falta de calor", señala Conte. Las pilas deben de tener por lo menos un metro de ancho por otro de alto y la longitud que sea posible. Antes de darle el volteo a la pila, los técnicos encharcaron de agua el compost. A diferencia del que está hecho a base de residuos porcinos y bovinos, los de avícola precisan mucha agua. Tras hacerse el compuesto se tiene que voltear cada 15 días, y después cada mes hasta que quede como si fuese tierra. Finalmente se utilizará para abonar los cultivos.

Este proyecto cuenta con el apoyo de la Universidad de Santiago de Compostela. En la explotación de Trasfontao se colocará una instalación para llevar a cabo el proceso de biomentación que consiste en la fermentación de materia orgánica en ausencia de oxígeno, resultando biogás y residuos de la digestión o digestato, que son los materiales que se pueden someter a compostaje.