La emoción flotaba en el ambiente. Las lágrimas asomaron en más de una ocasión a los ojos de los protagonistas del acto de entrega de 5.000 euros en metálico por parte del IES Manuel García Barros de A Estrada a los representantes locales de la organización Solidariedade Galega co Pobo Saharaui.

Esa pequeña gran cantidad de dinero será la base sobre la que se construirá una escuela en el campamento de refugiados de Tinduf. "Id pensando el nombre", le pidió el delegado de Solidariedade Galega co Pobo Saharaui a los docentes que asistieron ayer al evento en representación del centro, agradeciéndoles encarecidamente la implicación de estudiantes y profesores para hacer posible esta iniciativa solidaria.

Por su parte, la directora del instituto, Giséle Maïssa, agradeció a la organización la oportunidad de colaborar con una "causa fantástica", capaz de "hacerle ver a los niños" que su esfuerzo puede cambiar para mejor la vida de quienes viven en medio de la necesidad.

"Aquello es terrible", relataba una madre acogedora del programa Vacacións en Paz para niños saharauis, la vecina de Couso Aurora Lorenzo, recordando cómo le impactó ver "in situ" que los saharauis aunque no tienen "nada", son "felices".

En la escuela que se construirá en Tinduf, los pequeños saharauis recibirán formación académica con la esperanza de que ello les sirva para labrarse su futuro, uniendo muchos granitos de arena hasta llegar a divisar desde el desierto un horizonte de oportunidades y de futuro.

Mientras, la escuela que se construya con los fondos recaudados con el poemario y el audiovisual Dairas tratará de hacer germinar en los niños saharauis el amor por la cultura a la par que les proporciona vacunas. Gracias a ella, las niñas incluso aprenderán a peinarse. Y a buen seguro que los niños tratarán de aprovechar la oportunidad que les brindan de estudiar porque, además, el programa Vacacións en Paz ejercerá de acicate.

Pero antes, Soutelo espera que una representación del instituto estradense acuda a la inauguración de la escuela en Tinduf, para comprobar "el fin" de su iniciativa solidaria.

Esta tendrá continuidad porque, según explicó ayer el docente Carlos Loureiro, el centro proyecta "seguir educando en solidaridad" a los estudiantes estradenses. De hecho, estudia promover una recogida de material escolar –incluso en colaboración con otros centros– para proporcionárselo a los pequeños saharauis.

Será un paso más en una trayectoria solidaria que comenzó con la donación que siguió a Dormes?, que continuó con Dairas y que todavía irá más lejos con la recaudación que se alcance con la proyección de Animais Artificiais que tendrá lugar en el primer trimestre de 2012, según explicó el docente Miguel Carbajal, el "alma" del proyecto en palabras de Gisèle Maïssa. Esta también quiso manifestar ayer el "orgullo" de "tener un grupo que trabaja de esta manera". Además de destacar la importante labor de los niños, como también hicieron los demás profesores, subrayó el intenso trabajo desarrollado por los docentes Álvaro Pérez, María José Varela, Carlos Loureiro y Xoán Xosé Pérez. Sin este profesor de Plástica, subrayó Carbajal, "este trabajo no habría sido posible".