Ni el calor ni la frenética actividad lúdica hizo mermar la ilusión de los cerca de un centenar de pequeños de Vila de Cruces que participaron en la tarde de ayer en la tercera edición de la Romería Familiar. Organizada por las Anpas de los centros de la localidad y el Concello, las múltiples propuestas educativas y de ocio comenzaron a partir de las 16.00 horas en parque anexo a la residencia de mayores, donde ya se habían instalado horas antes hinchables y otros elementos de juego.

Padres y pequeños se lo pasaron en grande en un día más propio para un refrescante baño en alguna de los hermosos parajes cruceños, pero este calor se llevó mejor manera con la guerra de globos que hubo a media tarde, pues a las 19.00 horas todavía llegaban pequeños y mayores a este céntrico enclave del casco urbano. "Sin duda fue el año con más gente y la verdad es que todos disfrutaron mucho de esta celebración", indicó el representante del Anpa del colegio Nosa Señora da Piedade José Ramón Moire.

El tradicional "juego de la silla" y la música amenizaron una tarde en la que los niños también buscaban un hueco entre las colchonetas de bolas o hinchables, con constante actividad. De hecho, estaba previsto que la fiesta finalizase a las 20.00 horas, pero el continuo goteo de público y las ganas de divertirse de los más pequeños casi que obligó a la organización a continuar hasta cerca del anochecer. Las carreras de sacos y otros juegos más tradicionales completaron el programa lúdico, pensado inicialmente para niños de hasta un máximo de 13 años. No obstante, y como es habitual en este tipo de celebraciones, a veces son los mayores los que gozan tanto como sus hijos de esta fiesta. Después de varias horas de intensa fiesta, los pequeños volverán hoy a la rutina de las aulas, pero de interior.