Llegado el mes de septiembre es la época de recoger los frutos para elaborar diferentes productos, como es el caso de las uvas para hacer el vino o las manzanas para preparar la sidra. Asturias es la comunidad de referencia para la elaboración de una bebida que también tiene su tradición en Galicia. Todavía existen algunos lugares dezanos en donde la siguen elaborando, como es el caso de la parroquia lalinense de Zobra. Una decena de lugareños se reunieron durante el pasado fin de semana para recoger gran cantidad de manzanas con tal efecto. "Levamos elaborando sidra desde hace diez años. Intentamos que sea lo más parecida a la sidra asturiana", comenta un vecino que estuvo presente en la elaboración.

Durante toda la jornada del viernes estos lugareños estuvieron recogiendo manzanas de diversas fincas situadas en las parroquias de Zobra, Bendoiro y Prado. Aproximadamente recolectaron unos 3.500 kilogramos de esta fruta con la que elaboraron 1.000 litros de sidra. "La verdad es que este es un buen año para la elaboración de esta bebida porque obtuvimos gran cantidad con respecto a otros años", señala un vecino.

La elaboración de sidra lleva por detrás un proceso de mucho trabajo y paciencia. Tras la recogida de manzanas hay que llevar a cabo una selección muy exhaustiva de estas, que tienen que estar lo más limpias posible. Tras este paso las manzanas que cumplen las condiciones adecuadas pasan por la trituradora, en donde se procede a reventar las celdas que contienen el mosto en la pulpa de la manzana. Una vez que están bien trituradas es necesario que pasen por el proceso de prensado. "Nosotros trabajamos con una prensa que utiliza un mecanismo hidráulico y no con las palancas clásicas que formaban los lagares", afirma un lugareño.

Durante la jornada del sábado se realizaron todos estos procesos, pero la obtención de sidra no se termina ahí, ya que tiene que fermentar y, para poder tomarla, tendrán que esperar un tiempo. "El proceso más complicado es el de la fermentación. Hay que esperar a que tenga un grado óptimo de acidez y eso depende mucho de la presión atmosférica. Para poder embotellarla tendrán que pasar más o menos cuatro meses", comenta uno de los participantes en las faenas.

Con la elaboración de la sidra casera estos lugareños pretenden que durante esos días de preparación sea una buena ocasión para reunirse vecinos y familiares y pasar un buen rato juntos. Además, otro objetivo es que se conserve una tradición gallega que con los años corre el riesgo de desaparecer completamente, como ya está ocurriendo en la mayoría de las zonas de la comunidad. Todo el proceso de elaboración y los cuatro meses de espera valdrán la pena una vez que estos vecinos puedan brindar con la sidra, que, a buen seguro, será de gran calidad.