Como cada año por estas fechas, miles de personas acuden a la romería de los Milagros de Requián, en la parroquia estradense de Frades. El día de ayer comenzaba con una misa a las 08.00 horas en un santuario en el que poco a poco fue congregándose una cantidad elevada de devotos.

En un constante goteo, miles de personas se dieron cita en este lugar de A Estrada para presentar sus peticiones a la Virgen. Muchos de estos fieles no pudieron entrar para escuchar la misa solemne y se tuvieron que conformar con seguir los actos religiosos desde la puerta de la entrada al templo. Algunos llegaban a pie, otros en coche y otros a caballo. Lo hacían procedentes de diversos lugares de Galicia como Valga, Padrón o A Coruña.

Muchas personas coincidían en señalar que este año la afluencia de personas fue mayor. Tal y como señaló el párroco de la parroquia estradense de Frades, Jesús Mayo Brenlla, "la coincidencia del día grande de la romería en domingo hace que la congregación de fieles sea mayor".

Una vez acabada la misa llegó el momento más esperado por todos los fieles, la procesión de la Virgen de los Milagros. Todas las miradas estaban puestas hacia la puerta de la iglesia y la Banda Cultural de A Estrada que tenían sus instrumentos preparados para seguir a la Virgen.

Hombres y mujeres acompañaban a la Virgen de los Milagros en su recorrido por las inmediaciones de la iglesia durante la procesión. Algunos lloraban, otros portaban fotos y otros se colocaban debajo de la imagen para portar sus ofrendas. Miles de velas se ensalzaban para honrar a la Virgen.

Las celebraciones litúrgicas continuaron por la tarde con misas a las 18.00 horas, a las 19.00 horas y a las 20.00 horas. Además del fervor religioso, Requián celebró su jornada festiva con música y baile. Al cierre de esta edición se esperaba que comenzase la verbena amenizada por dos orquestas.

La historia del santuario de Nuestra Señora de los Milagros de Requián data del siglo XVIII, cuando a un sacerdote se le ocurrió levantar un capilla en honor a la Virgen de los Milagros. Aquella era zona de paso de muchos peregrinos que caminaban hacia Santiago de Compostela y el sacerdote quiso levantar un templo para que los transeúntes pudiesen orar a su paso.

Hoy, tres siglos después, la romería es todo un éxito y, según Mayo Brenlla, no se nota la crisis. Dice también que los fieles siguen llevándole a la Virgen velas, flores y ofrendas, aunque reconoce que lo de caminar de rodillas sí se está perdiendo. De hecho, en la jornada de ayer, muy pocas personas caminaron de rodillas alrededor del santuario.

Esta es una fiesta de tradición fuerte porque incluso es una de las pocas que todavía conserva las típicas meriendas, donde las familias y los amigos comparten sus mejores historias en las fincas y robledos situadas en las inmediaciones del santuario de Nuestra Señora de los Milagros. En la jornada de ayer, cientos de fieles llegaban a Requián con comida, neveras y mesas para pasar el día en compañía de sus seres queridos.

Entre muchas de las peticiones que recibe la Virgen a lo largo de la jornada, destacan las peticiones de afectados por la crisis económica y por la curación de enfermedades. El párroco de la parroquia estradense de Frades, Jesús Mayo Brenlla, afirma que muchos de los romeros que cada año acuden a esta tradicional cita, proceden de las parroquias de Valga, en especial de Cordeiro. También los hay muy fidelizados y que, incluso estando de vacaciones, se deciden a visitar a la Virgen de los Milagros todos los días de la novena.

No hay que olvidar, no obstante, que la patrona era y sigue siendo la Virgen de la Piedad cuya imagen también se venera en la misma capilla estradense. Es aun más antigua que la propia imagen de la Virgen de los Milagros pero no es tan aclamada como esta última. A ella le dedican hoy sus ofrendas.

Será una fiesta más tranquila a la que suelen asistir los vecinos del entorno. En esta jornada, habrá misa solemne al mediodía y, a continuación, las "poxas" pondrán el punto y final a los días de gran devoción religiosa en el lugar estradense de Requián, con la subasta de productos del campo.