El responsable de Desenvolvemento Rural del sindicato Unións Agrarias, Avelino López, visitó ayer la parroquia lalinense de A Veiga, para inspeccionar los daños que causó el jabalí en las plantaciones de maíz, patatas y huerta. La organización levantó acta de todos los daños en esta zona, de la que se remitirá copia tanto al concello como a la Xunta, "para que se entere de que hay daños y de que son muy cuantiosos, ya que en algunos casos los ganaderos tuvieron que sembrar maíz hasta en tres ocasiones".

Los continuos destrozos del puerco salvaje provocan que la cosecha de este año, si no vuelve a ser atacada, resulte escasa y de peor calidad, "a pesar de que ya se trata de una semilla de ciclo corto", explica López. La desazón de los ganaderos es tal que no volverán a plantar maíz si el animal vuelve a entrar en sus fincas.

Tras el peritaje de A Veiga, Unións continuará con su trabajo de campo para valorar los destrozos que causó el jabalí en otras parroquias, con el ánimo de que la Consellería de Medio Rural asuma su responsabilidad en un asunto "que atañe a tantas personas, ya sean ganaderos, agricultores o ciudadanos de a pie". Aunque Unións asume la clasificación de los daños –que afectan hasta a productos de autoconsumo–, exige que el departamento de Samuel Juárez "reaccione y haga su trabajo con políticas de prevención, ayudas e iniciativas para afrontar un problema de todos".

Cereales en fincas incultas

Para la organización agraria es imprescindible un plan integral en el que se tenga en cuenta el decálogo de propuestas que remitió, hace semanas, a la Xunta. Entre ellas figura el cultivo de cereales en fincas incultas del Banco de Terras, que sirvan para alimentar a esta fauna y también a los cuervos, otro de los grandes enemigos del maíz. Además del pago de los daños en cultivos causados en 2009, se precisan subvenciones para colocar pastores eléctricos, postes y malles con los que evitar las incursiones en fincas.