La burra encontrada a finales del pasado mes de abril en montes del lugar de Requián, en la parroquia estradense de Frades, fue subastada en la mañana de ayer en Castro Loureiro, en el mismo entorno en el que el animal ha sido retenido y cuidado después de su hallazgo. Pese a que las últimas subastas públicas de ganado celebradas por el Concello de A Estrada, especialmente en el caso de caballos salvajes, guardan en común la tendencia a la baja en las pujas, en esta ocasión el precio de salida, establecido tras los informes veterinarios en 50 euros, se elevó hasta los 260 que pagó el nuevo propietario de esta asna.

La puja se abrió en torno a las 11.00 horas y en ella participaron seis personas, la mayoría procedentes del municipio estradense. Tras anunciarse el precio de salida, los presentes comenzaron a incrementar el importe con sus pujas, hasta alcanzar los 260 euros que marcaron el precio de adquisición. De esta suma, 215 euros se destinarán a compensar los gastos de manutención del animal durante el tiempo en que estuvo retenido. Los 45 euros restantes cubrirán los gastos de registro veterinario y la colocación del microchip identificativo.

Ya tiene un nombre

El nuevo propietario de esta burra, que despertó el interés de diversas personas que expresaron al departamento municipal de Medio Rural su interés por "adoptarla", manifestó su intención de bautizarla como Paloma. Expresó que adquiría el animal con la pretensión de llevárselo a Sarria, donde desea que se haga cargo de la vegetación de una de sus fincas. Así, mientras la asna la saborea, ayuda a mantener el predio libre de maleza.

La puja fue subiendo ayer de manera escalonada. Paloma, como parece que va a llamarse esta burra, acompañó a los presentes, paseándose entre quienes pretendían adquirirla totalmente suelta y tranquila, haciendo gala de su espíritu dócil.

El Concello de A Estrada inició, a través del departamento que dirige la primera teniente de alcalde, Raquel López Doce, el expediente para tratar de localizar a los dueños de este animal tras recibir el aviso de su hallazgo. Vecinos de Requián pusieron la situación en conocimiento del ayuntamiento. Fue recogida por efectivos de Protección Civil. Mientras se trataba de localizar a sus dueños, estuvo retenida en Castro Loureiro. Al no ser reclamada en el plazo establecido al efecto, se procedió a la subasta. Y es que, aunque surgieron candidatos para hacerse cargo del animal, el procedimiento no permite una adjudicación directa.