"Cuando estamos los dos solos, hace las tareas de casa: Las camas, pasa la escoba, la comida... Y tiene mucha ansia de llevarle de comer a las gallinas, abrirles y mirar si hay huevos", relata Magín al ser preguntado sobre el día a día de su madre, que ayer cumplió 103 primaveras muy bien llevadas. "Aún está en forma, si. Gracias a Dios está bien de salud, aunque le empieza a faltar algo de memoria", añade.

Con el buen humor que la caracteriza, Concepción Pichel compartió ayer con tres de sus siete hijos y otros familiares, vecinos y amigos la celebración de su cumpleaños. Con ayuda del más pequeño de sus biznietos, sopló las velas colocadas en el pastel que le regaló su hija Sofía, residente en A Estrada, "un bizcocho, que le gusta mucho". Horas más tarde recibió la visita que acostumbra a realizar el Concello de Silleda a sus vecinos centenarios.

Oriunda de Soutullo (Lalín), fijó su domicilio en Vilar cuando se casó con Rogelio García Sampayo, con quien tuvo siete hijos: Además de Magín y Sofía, hay un tercero residente en Galicia, en Carballo, tres están emigrados en Inglaterra –una le acompaña estos días– y otra reside en Uruguay. Algunos de ellos y parte de sus once nietos y de sus biznietos –ya supera la docena– le acompañarán el domingo en una comida en el restaurante Coteliño, de Silleda.