Después de tres años consecutivos en los que el tren sirvió de fuentes de inspiración para el concurso de las rosquillas de Abades (Silleda), una recreación del puente de Merza se llevó el premio a la originalidad. El dulce estaba hecho por la Panadería Merza y se vendió por 70 euros, 20 más que por el precio de salida.

Este premio fue concedido por el jurado que componían los músicos Miguel Blanco, Isabel Vilela (ambos de la Banda de Merza), Juan Agra y Óscar Barcala (de la de A Bandeira). Las dos agrupaciones musicales amenizaron la Festa da Rosquilla a mediodía y por la noche. Junto al puente de Merza, se premiaron otros tres bolos como los mejores en cuanto a sabor. El ganador fue una cesta de Dulce Deza, que comenzó pujándose por 60 euros y que se vendió por 230, en una animada subasta que en un momento pasó directamente de los 130 euros a los 200. El segundo bolo, de la Casa Seoane de Marrás, se adjudicó por 90 euros y después de que el histórico subastador, el empresario Santiago Cerviño, conminase al público a subir la puja "porque me da pena venderlo en 85". Por su parte, el tercer bolo se vendió por 75 euros y fue elaborado por Casa de Cardoso, de Campomarzo. Los demás bolos, no premiados, se vendieron por precios que oscilaron entre los 30 y los 85 euros. Entre uno de los compradores estaba el candidato popular a la Alcaldía, Juan Carlos Pin. No era el único político municipal que acudió a la fiesta, puesto que también se desplazaron a Abades la candidata socialista, Paula Fernández Pena, y su número dos, Manuel Cuiña, así como la actual alcaldesa, Ofelia Rey. La mandataria entregó el premio al bolo más original.