Los vecinos del barrio de A Cacharela celebrarán el domingo su día grande de un Carnaval que desde hace cuatro años tratan de recuperar como una fiesta que mantenga su esencia; el Entroido tradicional. Los residentes de la Avenida Bos Aires [A Cacharela] para la mayor parte de los lalinenses se propusieron diseñar unos carnavales participativos y que fuesen algo más que un grupo de gente disfrazada que deambula por las calles, sobre todo por la noche, sin más argumento que el de esconderse bajo una máscara.

Los promotores contactaron con miembros de la asociación cultural O Naranxo y se propusieron crear un personaje propio basado en otros elementos singulares del Carnaval gallego como pueden ser los Peliqueiros de Laza, las Pantallas de Xinzo o los Volantes característicos de los pueblos ribereños del Miño. Todos estos elementos totémicos son venerados por sus vecinos y representan el ansia de los pueblos por volcarse en esta fiesta pagana que en Galicia tiene múltiples manifestaciones.

Parte de estos personajes parten de una filosofía común y así lo entendieron en este barrio para crear O Cacharelo. El presidente de O Naranxo, Luis Iglesias, tomó como referencia el cuadro Mascarón, pintado por el artista local Laxeiro en 1934 para crear la careta –elemento común en el Entroido tradicional– que lucirán los siete vecinos de este barrio que saldrán a la calle para animar la fiesta y castigar con harina lanzada con fuelles a los que no estén disfrazados. Iglesias destaca de la creación de Laxeiro su forma cuadrada y sus rasgos, similares a otras caretas de esta fiesta. Tampoco se dejó al azar el diseño del traje, compuesto por cintas de colores, con predominio de tonalidades rojas "que evocan el fuego". El topónimo de este barrio está relacionado con las cacharelas de San Juan que también fueron recuperadas hace años. Para la confección del traje y careta se realizó una labor de investigación sobre estas fiestas en Galicia, el norte de Portugal o provincias castellanas como Zamora.

Al grupo de 6 Cacharelos se sumará este año Miguel Lamazares, un niño de 8 años, que se vestirá el traje característico de este personaje con el propósito de garantizar que esta celebración local se asiente en el futuro como cita ineludible para los vecinos. El domingo, a partir de las 17 horas los Cacharelos lucirán sus trajes coloristas y harán sonar sus chocas [cencerros] para avisar de su presencia e invitar a los presentes a disfrutar de la fiesta.