La rúa Principal de Lalín fue ayer una fusión entre el carnaval etnográfico de la comarca y la importación del estilo brasileño que domina en el Entroido del Baixo Miño. La Banda de Lalín se encargó de abrir el desfile ante el palco presidencial y a lo largo de una calle abarrotada de gente que plantó cara a un frío casi polar. Entre las nueve carrozas que participaron en el concurso se intercalaron comparsas y charangas llegadas de Porriño -por primera vez- Marín o Poio. De esta localidad procedía El Hechizo de Babilonia, que además de recrear un castillo de la legendaria ciudad lució bailarinas de la danza del vientre y un inmenso toro alado, símbolo divino de aquella cultura. Para el público también resultaron muy exóticas las carrozas de Disco 70 (llegada desde Ribeiras de Lea) y la de Os Remolóns (de Vilagarcía), inspirada en la niña del film El exorcista y con la música de Lady Gaga de fondo.

Pero la creatividad también se dejó notar en las carrozas locales. En el ecuador del desfile salió la de A Carballeira de Cercio, basada en los trajes tradicionales del lino y con una joya: una coroza de paja con nada menos que 150 años de antigüedad. Esta carroza consiguió el primer premio del jurado, es decir, 1.300 euros. Por detrás, y con 1.000 euros de retribución, se quedó la del colectivo Santa María de Pescoso, de Rodeiro, en cuyo trailer se lucía la recreación de un viñedo. No fueron uvas lo único que probaron los miembros del jurado y las autoridades del palco presidencial. Quien más, quien menos, se paraba ante el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, para estrecharle la mano, ofrecerle un trozo de jamón o una filloa recién hecha, delicias que también tuvieron la ocasión de probar algunos agraciados entre el público.

Otros premios

Durante más de hora y media de recorrido, el auditorio también tuvo la ocasión de recordar trabajos ya mecanizados como la siega de hierba o de tojos, u otros que siguen haciéndose como antaño, como la recogida de la miel, que convirtió a la carroza de A Carqueixa de A Veiga en la cuarta clasificada con un premio de 500 euros. El tercer puesto recayó en la Cooperativa de Botos que, además de ganar 700 euros, aprovechó para sacar a las calles otro de los animales que, además del cerdo, debería ser sagrado para el agro gallego por su dedicación: el burro. En este caso, el tierno animal hasta llevaba matrícula, 0000-ZP, en clara referencia a la actual situación económica y la gestión del gobierno estatal. Otros dos carrozas optaron por acompañarse de asnos. Una de ellas fue la de Cabaleiros de Lalín que, tirando de la versión que hizo el programa Land Rober del tema oficial del Mundial de Fútbol, hizo salir al escenario a un falso agente de la Guardia Civil a lomos del animal.

Además de Cabaleiros de Lalín, también concursaron Cabaleiros de Deza, que se hizo con el quinto puesto (300 euros) y las carrozas de la Asociación de Rodeiro, A Balouta y la de los vecinos de Sello.

Los miles de asistentes al desfile de vez en cuando se vieron sorprendidos por un espontáneo que se hacía llamar Amancio de Ponteareas. Ataviado tan solo con un escueto pantaloncito, lleno de abalorios dorados y un ejemplar del especial del Cocido de FARO DE VIGO del año pasado, el personaje irrumpió amablemente entre la comitiva de charangas en un par de ocasiones.