Las obras del nuevo consistorio de Lalín entran en su fase final, ya que quedan menos de cuatro meses para su conclusión, y ello ha motivado la incorporación de un servicio de seguridad en el horario en que el complejo se encuentra sin los operarios. El recinto se encuentra completamente vallado, pero es accesible en determinados puntos, por lo que se ha optado por un sistema de vigilancia para evitar que se produzcan robos de materiales.

Durante gran parte de los trabajos, las sustracciones eran prácticamente imposibles por el tamaño de las estructuras y piezas, pero a medida que se entra en la fase de los detalles se están recopilando equipamientos y material valioso de escasas dimensiones que se pueden robar de modo más fácil. Ante esta situación, la empresa adjudicataria, FCC, ha recurrido a los servicios de una firma de seguridad que, al menos durante algunas coches, cuenta con dos vigilantes acompañados de un vehículo todoterreno y de un perro adiestrado para labores de vigilancia del recinto.

Al respecto, el edil de Urbanismo, Román Rodríguez, explicó que el Concello no tiene que ver con la contratación de este equipo de seguridad, ya que la responsabilidad del edificio es de FCC hasta su entrega.