Llega el verano, el sol, las terrazas,la playa, las vacaciones y, para renovar fuerzas para todo el año, el viaje estival, que, por lo visto, ni siquiera la crisis puede arrebatar a los dezanos. Hasta el momento, los destinos más demandados siempre han sido las Islas Canarias y Baleares, predominando ampliamente Tenerife sobre las demás. Este año más incluso, puesto que debido a la mala situación económica los consumidores eligen un destino nacional, frente a un viaje al extranjero, con excepción de Portugal. Las cristalinas aguas del Caribe no compensan a los bolsillos de los vecinos, mientras que sí sigue habiendo demanda para lugares como Túnez, Londres, Bruxelas y las Islas Griegas, aunque nuevos destinos, como Nicaragua, comienzan a sonar.

En familia, en pareja y en grupo; así y por este orden es la forma en la que la gente decide pasar sus vacaciones; exactamente igual que en años anteriores, pero con una pequeña diferencia: Cada vez los consumidores reservan con más antelación su viaje. Según las agencias, se debe a que la población está cada vez más concienciada de las ofertas que, de este y no otro modo, pueden aprovechar. En concreto, “las familias con niños reservan y planifican con mucho más tiempo sus vacaciones, mientras que las parejas sin hijos es más común que esperen a última hora”, asegura Alejandro Ferradás, de la agencia lalinense Zafiro Tours.

En lo que sí se nota la crisis, según la mayor parte de las agencias de la zona, es en la duración. Entre el año pasado y el anterior, lo habitual era una estancia media de 10 días a dos semanas. Este período se ha reducido a 7 y, en la mayor parte de los casos, a 5. Según los responsables de las firmas organizadoras, los consumidores necesitan desconectar y relajarse, aunque sea durante menos tiempo por motivos económicos. También aseguran que otra de las tendencias es prolongar la estancia pero con servicios más económicos, hoteles más baratos y menos actividades programadas que aumentarían el presupuesto. Según la responsable de Línea Tours (Silleda), en algunos casos el cliente llega con un presupuesto determinado sin un destino claro, predispuesto a aprovechar las ofertas del momento, con el único deseo de viajar. Algo en lo que también coincide Ana Rodríguez, de Viajes El Corte Inglés: “Algunos clientes buscan en función del presupuesto y de las ofertas”.

En cuanto a los precios, cabe destacar que,en general, las tarifas de estancias y desplazamientos han disminuido, llegando a precios, en julio y agosto, de temporada baja, aunque siempre hay excepciones relacionadas con la demanda y dependiendo de la zona, situación y antelación en la que se pretenda reservar. A lo que los dezanos son fieles es a sus preferencias, ya que, según señala Ana Janeiro, de Halcón Viajes (Lalín), lo que la mayor parte de la gente busca es sol, playa y descanso.

Un crucero, buena opción

Cada vez más los consumidores se decantan por pasar sus vacaciones navegando a bordo de un lujoso barco. Según comenta María García, de la agencia lalinense Viango, este modo de viajar está cada vez más demandado por la cantidad de servicios que ofrecen a los clientes en un mismo espacio y por la oportunidad de visitar en una sola ruta diferentes puntos y ciudades, sin preocuparse del desplazamiento e incomodidades que esto conllevaría. Otro punto a favor es el precio, que varía entre los 800 y los 1.000 euros, similar a cualquier viaje a una ciudad en el extranjero.

Por si todo esto fuese poco, actualmente, Vigo es el puerto de salida de numerosos cruceros, por lo que los desplazamientos hasta ciudades como Barcelona o Cádiz son innecesarios, facilitando aún más los trámites al consumidor. En un crucero se aúna todo lo que la mayoría de la gente busca: Ocio, sol, mar y cultura. Además, todos aquellos que sientan pánico al pensar en volar, están de enhorabuena.