La deficiente combustión en un cocina de leña provocó una intoxicación por inhalación de monóxido de carbono a los cinco miembros de una familia, tres de ellos menores de edad, de la parroquia silledense de Margaride. El suceso se produjo en torno a la 1 de la madrugada, cuando uno de los hijos del matrimonio alertó a los demás al sentirse indispuesto y sus padres avisaron al 112, que desplazó una ambulancia a la residencia familiar, situada en el número 20 del lugar de Costela. Los facultativos comprobaron que las cinco personas presentaban idéntica sintomatología; un fuerte dolor de cabeza y náuseas, por lo que le aplicaron oxígeno para tratar de estabilizarlos. Posteriormente fueron trasladados al PAC de Silleda para recibir atención médica y desde allí al Complexo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS), donde recibieron el alta a última hora de la tarde de ayer.

El propietario de la vivienda, que responde a las iniciales M.A. C. D., de unos 50 años, dormía en el domicilio familiar junto a su esposa y sus tres hijos, de 16, 10 y 4 años de edad. Instantes después de dar la voz de alarma, el 112 solicitó la intervención de los bomberos del parque intercomarcal. Los tres profesionales que accedieron al interior de la casa pensaron inicialmente que se había producido un escape de gas, puesto que así lo comunicaran los afectados a los servicios de emergencias. Posteriormente comprobaron con la ayuda de un explorímetro que "existía unha concentración de monóxido de carbono de 500 partes por millón", un volumen que consideraron elevado. Pero posteriormente estimaron que la concentración podría alcanzar 1.000 partes por millón. "Parace que un dos pequenos comezou a chorar e espertou aos demais", señalan los bomberos, quienes afirman que esta alerta impidió que los afectados incluso pudiesen salvar la vida. "Neste tipo de concentracións tan elevadas de monóxido de carbono, e se as víctimas non se percatan pódese dar o caso coñecido como morte doce", dicen.

Los profesionales del parque silledense atribuyen los hechos a problemas en la salida de gases de la cocina económica instalada en la vivienda de Costela, situada a escasos metros de las habitaciones donde dormía el matrimonio y sus tres hijos. Su intervención consistió en realizar las mediciones habituales para concretar los motivos de la mala combustión y abrir las ventanas para que saliese el aire contaminado.

Los bomberos recomiendan a la población que vigile la salida de gases en estas cocinas, así como las chimeneas, puesto que en muchos casos acumulan gran cantidad de hollín y pueden acabar incendiándose. Esta intervención es bastante común en la comarca para los servicios de emergencias.