Vecinos de la parroquia estradense de Souto asistieron este fin de semana a la aparición de dos vacas muertas en extrañas circunstancias en un río, afluente del Umia, que baña la zona. El cadáver de uno de los animales yacía en el cauce, mientras que el otro apareció tendido en sus proximidades. Agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil se personaron al mediodía de ayer en el lugar en el que fueron encontradas las reses y tomaron los números del crotal de las vacas, una información de utilidad para proceder a la identificación de sus propietarios, tal y como relataron fuentes consultadas por esta Redacción.

La investigación emprendida por el Seprona intentará arrojar luz sobre cómo se produjo la muerte de estos animales. Fuentes vecinales aseguraban ayer que estas vacas no perecieron por causas naturales sino que alguien las mató, arrastró sus cuerpos unos 200 metros, según las estimaciones realizadas ayer por residentes de la zona, y después, presumiblemente, las arrojó al río desde un puente. Las mismas fuentes apoyaron sus teorías sobre los hechos apuntando a los charcos de sangre que aseguran haber observado en la cuenta y las marcas de arrastre que encontraron en la carretera, en las inmediaciones del empalme con la pista que conduce hacia Cortegade. Algunos lugareños llegaron incluso a apuntar la posibilidad de que la causa de la muerte de estos animales pudiese haber sido un disparo, aunque no dejaron de reconocer que, "ao arrastralas", tenían magulladuras "por todos lados".

El lugar en el que se localizaron los cadáveres de estos dos ejemplares de ganado mostrenco –los vecinos indicaron que se trata de vacas salvajes, que viven en los montes de la zona pero que se encuentran debidamente identificadas– se conoce como A Golguiña, en las proximidades de un puente que separa Enviande de Montillón, ambas localidades en la parroquia de Souto. Una de las reses, la que se apareció en el río, fue descubierta por un vecino el pasado sábado. Al pasar nuevamente ayer por las inmediaciones de este lugar pudo descubrir el cuerpo sin vida de un segundo animal. "Xente daquí non foi", aseguraba ayer un habitante de Souto, antes de señalar la elevada media de edad de la zona. Añadió a esta valoración su impresión de que en los hechos tuvieron que participar "seis ou sete persoas fuertes", queriendo hacer hincapié en el esfuerzo que precisaría arrastrar y arrojar los cuerpos de las dos vacas.

Según calcularon algunos lugareños, los animales podrían llevar muertos "dous ou tres días". Indicaron que "empezan a dar mal olor" y aguardan que en breve se proceda a su retirada. "Ninguén comenta nada", responden cuando se les pregunta si algún vecino vio algo que ayude a explicar las manchas de sangre y marcas de arrastre a las que apuntan. La presencia de ganado mostrenco, tanto bovino como equino, es habitual en la zona.