La temporada de caza menor –conejo y perdiz– se clausuró ayer en la comarca, con un balance positivo por parte de los colectivos de este deporte y con superpoblación de conejos en varios de los tecores (terrenos cinegéticamente ordenados), a pesar de la mortandad por hemorragia vírica del pasado verano. Según el presidente de la Sociedade de Caza de Silleda, Toño Fernández Pena, algunas cuadrillas llegaron a cazar en esta temporada un centenar de piezas, y la cifra es incluso mayor en algunas pandillas de la Sociedade de Caza de Lalín. "Tivemos máis problemas na caza maior", apunta su presidente, Luis Nistal, "porque os cans se cansaban axiña de rastrear debido ao calor". Las batidas de jabalí en los montes de la capital dezana contaron incluso con cazadores foráneos, que abonaron por este derecho a lo largo de la temporada 170 euros. El puerco salvaje también mantiene estable su población en Silleda, "posto que desde hai anos estamos matando unha media de 40 ou 50 animais", explica Toño Toxa.

La idoneidad de cubrir el cupo de jabalíes asignados permite, de algún modo, controlar su población, según explica el presidente de la Sociedade de Caza de Rodeiro, José Calvo, que cuenta también con 40 animales asignados. En cualquier caso, las batidas de jabalí continuarán hasta el día 31, mientras que el zorro podrá capturarse en domingo hasta febrero y la arcea los jueves, domingos y festivos, también hasta febrero.

El zorro es, precisamente, uno de los enemigos naturales del conejo. Su enorme densidad de población es patente en toda la comarca, afectando a otras especies como las perdices, por lo que se organizan torneos de caza anualmente desde enero. El año fue muy bueno para la adaptación de estas aves en Silleda, pero no para Rodeiro "xa que aparecen en zonas como Asperelo ou Carboentes, pero non na Pedrosa" debido a la presencia de aves rapaces como el azor o el gavilán, apunta Calvo. En este punto coincide con el presidente del Tecor Farelo, de Agolada, José Manuel Blanco, que apunta que "Medio Ambiente non deixa controlar a poboación destas aves de presa, e de aí que en Agolada a caza de perdiz fose regular".

En su paseo por los montes, los cazadores también detectan una merma en la población de lobos, cuyos ataques al ganado era más frecuente hace dos o tres años, y que parece emigrar hacia Tabeirós-Montes para atacar manadas de caballos.

Además de las pérdidas de perros atacados por lobos o por jabalíes, desde el pasado 18 de octubre se produjeron algunos incidentes, como un cazador atacado en Rodeiro por un jabalí que escapaba del acorralamiento de varios perros.