La corporación municipal silledense celebró ayer un pleno que por momentos se tornó insufrible debido a las innumerables propuestas que se debatieron y en donde hasta se llegó a valorar la próxima presidencia de España en la Unión Europea o la fusión de las dos principales cajas de ahorro gallegas. Una sesión, prácticamente de trámite, se convirtió en un pleno que fue dirigido casi por todos los concejales menos por la primera edil, Ofelia Rey, y donde los reproches sobre la gestión de unos y otros centraron buena parte de las tres horas de la sesión plenaria; donde la nueva mayoría absoluta boicoteó la mayor parte de las más de una docena de mociones que presentaron PSOE y BNG.

En lo que sí hubo acuerdo fue en la propuesta del portavoz nacionalista, Matías Rodríguez da Torre, de iniciar un concurso de ideas, en el que tendrán cabida los políticos y representantes de colectivos, para convertir el albergue de peregrinos de Medelo en un centro de ocio orientado a los jóvenes y reclamar a la Xunta su titularidad. También se reclamará a la administración autonómica la construcción de un albergue en Manduas, al margen de la propuesta privada de crear otro recinto de estas características en A Saleta.

Los políticos rebajaron la tensión de otras sesiones previas a la moción de censura y ediles de todos los grupos reclamaron "mirar cara adiante e esquecer o que pasou antes". Así lo expresó el único edil del PP, Manuel Mato, cuando socialistas y nacionalistas discrepaban con el grupo de gobierno sobre el organismo que debería asumir las tasas que la Xunta cobra a los ganaderos por las transacciones en la Central Agropecuaria de Galicia. Finalmente, la regidora, que apenas intervino y cuando lo hizo fue leyendo sus razonamientos, anunció que había reclamado una reunión al presidente de la Semana Verde y conselleiro de Presidencia, Alfonso Rueda.

También se sacó adelante por unanimidad reclamar a la Xunta la creación de un centro de día residencial. La ex alcaldesa, Paula Fernández Pena, instó a Rey a ponerse en contacto con los particulares que habían ofrecido sus terrenos para este recinto para saber si mantenían su ofrecimiento.

Más debate hubo en la puesta en marcha del servicio de ayuda en el hogar, donde la edil socialista Dolores García presentó cerca de una decena de correcciones al texto del ejecutivo y lamentó que ahora se aprobase cuando parte de los ediles, ahora en el gobierno, habían rechazado su apoyo a la propuesta del anterior gobierno. "Non a apoiaramos porque, pola rede clientelar que tiñan vostedes no concello non ofrecían as garantías", alegó el edil Javier Cuiña. Rey no ocultó su intención de privatizar el servicio.

Da Torre reprobó al gobierno que rechazase sendas mociones sobre medidas para prevenir la violencia de género y dijo que "será algo que le será recriminado a este ejecutivo duramente por numerosos colectivos.