La supuesta venta ilegal de flores en localidades como Lalín, Silleda y Vila de Cruces coincidiendo con la celebración del día de Difuntos está levantando ampollas en el colectivo de floristerías de la comarca. Al parecer, la competencia desleal que denuncian los comerciantes está haciendo mucho daño a una actividad regulada por ley y que necesita de una licencia pertinente para poder ser ejercida. "Hay gente vendiendo flor a troche y moche sin licencia, a bajo precio, en almacenes de pienso o supermercados", aseguran en la Floristería Rossa de Lalín. De igual forma piensan en Ponflor, de Lamela, donde no dudan en afirmar que "cualquiera se pone a vender", y Floristería Jovi en Vila de Cruces, un establecimiento cuya responsable destaca que "las flores se venden por todas partes sin que nadie diga nada".

El caso de Deza es similar al de Vilagarcía. En la cabecera comarcal de Arousa, en los últimos años los comerciantes legales no eran capaces de vender la mitad de la mercancía, porque los que situaban sus puestos en el exterior de la plaza de abastos vendían más barato, al no abonar licencia alguna ni estar bajo el control de precios del mercado municipal. La única diferencia entre los floristeros dezanos y vilagarcianos es que éstos elevaron sus denuncias al concello, que decidió tomar cartas en el asunto prohibiendo este año la venta de flores a quien no tenga licencia. Sin embargo, los profesionales de la flor dezanos no se plantean por el momento elevar sus quejas a los respectivos ayuntamientos mostrándose resignados ante lo que consideran una consecuencia más de la crisis financiera.

Alguno de los floristeros de Deza consultados por FARO DE VIGO también acusa a los viveros encargados de suministrar la mercancía de competencia desleal. Al parecer, varios suministradores al por mayor utilizan sus propios camiones como auténticos escaparates ambulantes para deshacerse de la mercancía sobrante una vez realizado el reparto entre los establecimientos que han realizado sus pedidos. Siempre según los comerciantes, los vehículos de viveros situados en el sur de Pontevedra "colocan" de manera ilegal sus flores y plantas entre los improvisados clientes que acuden al reclamo de unos precios contra los que nada pueden hacer los floristeros de la zona.

Más centros que flores

Por otra parte, los floristeros dezanos calculan que el descenso del negocio este año se cifra en torno al 10%, una tendencia que se mantiene desde que dio inicio la crisis financiera. "Los centros siguen, pero bajan las flores sueltas", explican en Ponflor, mientras que en Jovi afirman que "se vende mucha planta para Difuntos porque es mucho más barata". De todas formas, y aunque la clientela lleva una semana solicitando sus pedidos para llevarlos al cementerio durante este fin de semana, desde el colectivo se piensa que se venderá mucho más durante mañana y pasado, últimos días para hacerse con un centro o un ramo de flores.

En cualquier caso, todos los profesionales coinciden en que mañana podría ser el gran día para el negocio puesto que en Deza, como en otros muchos sitios, se espera a última hora para comprar el agasajo floral para los antepasados enterrados en los camposantos de la zona. Esta práctica es anterior a la llegada de la crisis y, por lo tanto, no se puede achacar a la coyuntura económica mundial. Lo cierto es que, a pesar todos los inconvenientes, la tradición de llevar flores o plantas a los muertos sigue estando vigente entre todos los vecinos de la comarca.